El 8 de abril se conmemorara el día internacional del pueblo gitano, ese pueblo que con identidad propia da sentido a la tierra que les acoge, Andalucía. No por menos un andaluz, lo es tanto en su mezcla de árabe, judío, cristiano y gitano, una mezcolanza que dota a nuestra tierra y a nuestra gente de esa idiosincrasia diferente y particular que hace que nuestra región tenga personalidad arrolladora, fresca, indómita, errante y pasional generadora en la historia de lo más brillante de la escena política, cultural y económica que España ha podido tener.
El andaluz es tan gitano como el gitano andaluz, y es que como decía el genial Federico García Lorca: “El gitano es lo más elemental, lo más profundo, lo más aristocrático de mi país, lo más representativo de su modo y el que guarda el ascua, la sangre y el alfabeto de la verdad andaluza universal” . Esa afirmación del poeta granadino choca frontalmente con esa idea preconcebida que del pueblo gitano nos quieren hacer ver en los últimos tiempos a través de programas de papel cuché que con títulos estrambóticos presentan a un pueblo, el gitano, cargado de esteriotipos generalistas que en nada o en poco ayudan a poner de manifiesto una realidad que no es otra que el pueblo gitano forma parte ya en la normalidad del pueblo andaluz. Yo me rebelo ante quienes, a través de formatos televisivos como Palabra de Gitano, nos presentan en un único sentido a un pueblo que es mas plural y heterogéneo que lo que dan 45 minutos. Es curioso que programas como este no hablen de muchas otras personas gitanas de pura cepa abogados como Juan Silva, activistas sociales como mi amiga de Amuradi Beatriz de los Reyes o Sefora Vargas, de políticos como Juan de Dios Ramírez Heredia, eurodiputado que fue y uno de los mejores oradores que la política española ha tenido y en definitiva de otros tantos hombres y mujeres que tanto aportan y han aportado a nuestra sociedad. Es triste pero cierto que en España todavía es fácil encontrar en el morbo la carnaza televisiva el elemento dinamizador de una parrilla de programas que aumentan sus audiencias no por su calidad educativa o cultural sino por su nivel de miseria.
Hoy cuando las personas son perseguidas, asesinadas o exiliadas en países como Hungría por ser gitanas tenemos la obligación de poner de relieve la importancia que el pueblo gitano ha tenido y tiene en la configuración de nuestra nación y en habernos dotado de muchos de los elementos que conforman la idiosincrasia de un pueblo en donde sus mujeres se visten de gitanas y en el cual todos tenemos parte de esa sangre calé en nuestra genealogía de apellidos como Vargas, Vega, Reyes, Cortes, Salazar, Carmona, Nieto, Núñez y un sinfín más que pone de relieve algo claro, el gitano es al andaluz lo que el andaluz es al gitano, una mezcla indisoluble de la cual ha salido lo mejor que nuestra tierra ha dado a nuestra democracia y nuestro país.
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