Día mundial de la lengua romaní

 

El 5 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Lengua Romaní (o gitana), una jornada dedicada a reconocer y valorar una lengua que ha acompañado a uno de los pueblos más antiguos y diversos de Europa: el pueblo romaní.

Proclamado por la UNESCO en 2015, este día tiene varios objetivos fundamentales:

🗣️ Preservar y promover el idioma romaní (o romani chib), que pertenece a la familia indoaria y refleja siglos de historia, migraciones y mestizajes culturales.

🌐 Reivindicar su reconocimiento jurídico y cultural, tanto a nivel nacional como internacional, como parte del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

❤️ Fomentar el bienestar y la inclusión del pueblo gitano, combatiendo la discriminación y promoviendo el respeto por su identidad y su lengua.

En España, la lengua romaní ha dejado una huella profunda en el caló o romaní ibérico, una variante que mezcla elementos del romaní original con el castellano y otras lenguas peninsulares. Muchas palabras del caló incluso se han integrado en el español coloquial, como chaval, parné o currelar.

Este día nos recuerda que cada lengua es un tesoro vivo, una forma única de ver y nombrar el mundo.

Rituales funerarios romanies

 Dicen que "un alma no puede volar si sigue atada a la Tierra". Para la comunidad romaní en Inglaterra, esta creencia dio lugar a uno de los rituales más conmovedores y visuales: la quema del Vardo (la caravana). Tras   la muerte de un miembro de la comunidad, era una tradición funeraria histórica de los romaníes en Inglaterra. 

Este ritual se hacía con la creencia de que las posesiones de la persona fallecida, incluido el carro en el que vivieron, debían ser destruidas para que su espíritu pudiera viajar al más allá sin ser arrastrado de nuevo al mundo de los vivos. Se creía que las pertenencias de la persona, especialmente el carro, quedaban "contaminadas" por la muerte y debían ser destruidas para liberar el espíritu.

 Junto con el carro, también se solían quemar o destruir otras posesiones personales del difunto, como ropa, herramientas y otros objetos. A veces se sacrificaban animales, como caballos, y sus arneses también se destruían.

Aunque el carro era quemado, el cuerpo del difunto generalmente se enterraba, no se cremaba con el carro. Era común que el entierro se realizara en cementerios cristianos, ya que la mayoría de los romaníes son cristianos.

 Con el tiempo, esta práctica ha disminuido. Las familias romaníes modernas tienen una variedad de rituales funerarios, y aunque la quema de un carro sigue siendo un símbolo poderoso, no es tan común como lo fue históricamente. Las políticas gubernamentales y la falta de terrenos adecuados para realizar estas ceremonias también han influido en este cambio.

Probablemente  uno de los funerales más conocidos corresponde al funeral de la "reina romaní" Harriet Bowers. Una búsqueda en los archivos de British Pathé y YouTube  sugiere que su funeral tuvo lugar el 13 de enero de 1953 en Abingdon, Oxfordshire, Inglaterra.

La otra imagen, aunque no se puede confirmar que sea del mismo evento, parece pertenecer a un período similar, a mediados del siglo XX.

Coincidiendo este fin de semana con la efemérides de los difuntos o Día de todos  los Santos, he recordado este ritual. Espero que os resulte interesante.

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