miércoles, 16 de agosto de 2023

El Somorrostro, el asentamiento ya fantasma que yace bajo la gran industrialización de la Barceloneta

 














Ayer os hablé de Triana, de la Cava de Triana que desapareció por decreto en 1957 por intereses inmobiliarios y especulativos por el fenómeno y práctica de la gentrification. 


Hoy  os hablo del Somorrostro el barrio que desapareció pegado a la Barceloneta:

Las exposiciones internacionales de 1888 y 1929 en España celebradas en Barcelona, junto con los traslados nacionales provocados por la posguerra en los años 40, y la construcción del metro, constituyeron momentos álgidos en la expansión de Somorrostro. Esto hace que cientos de personas humildes acudieran a buscar trabajo ante la industrialización y expansión de Barcelona y se ubicaron en este asentamiento. También fue un lugar donde convivieron gitanos y no gitanos. 

Es en el año 1875 cuando el Somorrostro consta por primera vez de forma oficial como un conjunto de diminutas barracas que se multiplicó a partir de la década de los años 20. Así, en los años 50 se llegaron a contabilizar hasta 2400 barracas, en las que vivían unas 15000 personas en chabolas construidas con piedras, chapas, plásticos y maderas, entre otros materiales de dudoso origen. 

Eran chabolas de escasos metros, sobre la arena, a merced de las inclemencias meteorológicas y rodeadas por un par de riachuelos que evacuaban los residuos líquidos de las fábricas, entre ellas la de gas. Un auténtico horror vivir en condiciones inhumanas. 



La construcción del paseo marítimo entre 1959 y 1961 abrió la puerta al final de las barracas del Somorrostro. En plena vertebración de la fachada marítima de Barcelona, las barracas de la playa quedaron expuestas y fueron desapareciendo hasta el 1966, cuando con el pretexto de una Semana Naval, se derribaron las últimas 600 chabolas y se reubicaron a los vecinos en promociones de pisos oficiales.Con la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992 todo lo que podía quedar de Somorrostro fue enterrado con alevosía.


Aún así, la Barcelona de la miseria no desapareció con Somorrostro, pues la reubicación de los vecinos no se hizo con fines solidarios, sino por los intereses urbanísticos que crecían exponencialmente en una ciudad que abrazó con ímpetu el boom turístico. 


Desde entonces, la huella del Somorrostro se diluyó y la playa del barrio de la Barceloneta se alzó como uno de los estandartes de modernidad e industrialización. Aquello quedó coml un fantasma del que nadie se acuerda, el barrio de Somorrostro es en el siglo XXI apenas un susurro, una especie de dinosaurio que pasó por la Tierra, pero del que ya ni siquiera queda esqueleto ni vestigio que acredite que, en efecto, existió y estuvo vivo. Su ausencia, para qué mentir, no se hace notar demasiado. Muchos no saben que en la playa de Somorrostro, pegada a la Barceloneta, antes había un barrio. Aún menos los millones de turistas que recorren este espacio cada año…

En el año 1963,fue escenario de la película Los Tarantos, dirigida por Francisco Rovira-Beleta en el año y protagonizada por la bailaora. También fue el Somorrostro un lugar mencionado en reiteradas ocasiones por escritores y periodistas que elegían el barrio como destino de aventura por el que pasar unas pocas horas. En ocasiones la pobreza quedaba relegada a la romantización



Actualmente, La Barceloneta y el Moll de la Marina son uno de los símbolos de la actual ciudad, bañada de hoteles, locales nocturnos y la escultura del pez dorado de Frank Gehry. El Hotel Arts, la Torre Mapfre y el Casino de Barcelona. 

Todo ello en un paseo marítimo fundamental para entender la integración de la playa en la ciudad, allí donde el Somorrostro sufría una frontera invisible que le separaba de Barcelona.


 Por suerte, gracias a iniciativas vecinales y a aquellos que nunca olvidaron, la memoria del barrio de Somorrostro se fue recuperando poco a poco con la ayuda de libros y exposiciones

En las historias que quedaron escritas, en los bailes de Carmen Amaya, de la Singla... Su memoria está inmersa en la arena de una playa que pisaron muchos años atrás decenas de miles de trabajadores condenados a la precariedad y en el nombre de la playa, que es homenaje de lo que nunca se debió de olvidar.

Séfora Vargas. 

Fuentes :

Artículos de Eva Gruss 

https://espanafascinante.com/cultura-espanola/somorrostro-barrio-desaparecio-pegado-barceloneta/

La vanguardia 





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