jueves, 23 de febrero de 2012

VIOLENCIA DE GÉNERO

Desde mi experiencia personal adquirida tras 8 años de trabajo fundando y liderando diferentes ONGs relacionadas con  la MUJER GITANA y tras haber salido del seno de una familia Gitana, debo reconocer el impacto fortísimo que poseen los valores culturales negativos y coercitivos para el desarrollo normalizado de una mujer. Cuando hablamos de Violencia de Género lo hacemos para señalar la importancia que en ella tiene la cultura, como una forma de violencia construida socialmente, no como una derivación espontánea de la naturaleza. “LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES HA EXISTIDO SIEMPRE, ES EL CRIMEN ENCUBIERTO MÁS FRECUENTE Y ANTIGUO DEL MUNDO, LO NUEVO HA SIDO VERLA COMO VIOLENCIA Y DEJAR DE ACEPTARLA”, EL EXPONENTE CULTURAL HACE QUE SE RECONOZCA COMO VIOLENCIA SIMBÓLICA, ES DECIR, LA ACEPTACIÓN IDEOLÓGICA POR PARTE DE LOS DOMINADORES Y DE LOS DOMINADOS, ES UNA ASPECTO CENTRAL DEL ORDEN ESTABLECIDO, el patriarcado mezcla lo biológico-social para justificar la desigualdad creada por los hombres y ratificarla por la cultura, convence a hombres y mujeres de que eso es así, ha sido siempre así y debe seguir así.
La violencia no solo se debe a rasgos singulares y patológicos, es una forma cultural de definir las identidades y las relaciones entre los hombres y las mujeres, la CULTURA  se transmite a través de la EDUCACIÓN y es la educación la que lleva a muchos individuos a ejercer la violencia contra las mujeres y permite que la sociedad las tolere. Las creencias patriarcales han preparado a las mujeres durante cientos de años para la aceptación del dominio masculino y su violencia, se llega a la asociación de conceptos que llegan a ser indisolubles como es que “ser una buena esposa significa soportar todas las agresiones posibles antes de romper con la unidad familiar”. Es muy importante destacar en la historia de estos delitos la importancia que tiene la tradición y religión occidental, tenemos incontables  ejemplos en la historia desde las epopeyas griegas, donde se apoderaban de las mujeres al ganar la guerra (antecedente del tráfico de mujeres) y las convertía en esclavas, recordemos a Aristóteles con su división del sexo fuerte y sexo débil e inferior en los planos fisiológico, intelectual, sexual y ético, los  ancestrales y primitivos pactos políticos fueron los matrimonios, las mujeres como intercambios. Vemos como  el derecho ha cristalizado estos valores y costumbres y los ha convertido en normas de conductas, nuestra cultura se ha nutrido de estas ideas patriarcales y ha  asegurado el derecho  de los hombres a utilizar la violencia contra las mujeres, no hay que olvidar que hasta muy avanzado el siglo XX, las mujeres han estado una situación de inferioridad legal, que solo desaparece cuando se inicia la transición democrática, hasta entonces las mujeres pasaban de la tutela de padre al marido y tanto los padres como el marido podían castigarlas físicamente o limitar sus actividades, los derechos de las mujeres casadas eran comparables al de los menores; necesitaban obtener el permiso del marido para emprender acciones tales como contratar, desempeñar un trabajo remunerado, viajar u obtener el pasaporte, a esto se añadía la obligación legal de obediencia.
La transición democrática cambia todo el marco jurídico español, con el reconocimiento de la igualdad legal entre hombre y mujeres, la dignidad de la persona, el derecho a la vida y a la integridad física y moral, a pesar de todos estos principios que introduce el nuevo marco constitucional democrático, el cambio legal en la cuestión de los malos tratos es complejo y sigue aún en proceso de desarrollo. A partir de estos bienes jurídicos dignos de protección se han ido introduciendo sucesivas reformas del Código Penal, empezando dese 1983, y continuando con 1989, 1995, 1999, 2003 y 2004. El código ha ido endureciéndose según la sociedad ha ido concienciando  de que la violencia domestica era un fenómeno muy grave y había que  erradicarla, nos sorprende el ayer inmediato de estas reformas, como por ejemplo en la reforma del 1989 la violación deja de ser un delito contra la honestidad y pasa  a ser un delito contra la libertad sexual, en la de 1995 se introducen penas más severas y proporcionales a la gravedad de la agresión del hombre a la mujer y se incorpora como delito la VIOLENCIA HABITUAL, junio de 1999 se reforma varios artículos del Código Penal y de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en cuestiones referidas a malos tratos, se contemplan por primera vez los MALOS TRATOS PSQUICOS, estos se incluyen en el delito de MALOS TRATOS HABITUALES. En 2002, las AMENAZAS pasan a formar parte del Código Penal, tanto en el grado de falta como de delito. En 1995 se establece la idea de que el matrimonio o pareja es agravante en el caso de agresiones, la llamada CIRCUNSTANCIA MIXTA DE PARENTESCO, hasta llegar a diciembre de 2004, cuando el congreso aprobó por unanimidad la LEY INTEGRAL DE MEDIDAS CONTRA LA VIOLENCIA DE GENERO, ley que abarca aspectos preventivos, educativos sociales, asistenciales, sanitarios y penales. en esta ley se procura una serie de medidas legislativas que se proponen alcanzar una serie de objetivos: fortalecimiento de la sensibilidad ciudadana ante la violencia de género, reconocimiento de los derechos subjetivos de las víctimas de la violencia, establecimiento de un sistema de servicio sociales de atención y de recuperación de las víctimas, garantía de una serie de derechos económicos y de derechos laborales, sistema institucional de tutela, fortalecimiento del marco procesal y penal, así como la coordinación e todos los recursos dedicados a esta materia, se crea una sección de violencia contra la mujer en cada fiscalía de los tribunales superiores y de las audiencias judiciales, la delegación del gobierno para la violencia contra la mujer y un observatorio nacional sobre las mujeres.
La ley es el reflejo del sistema de valores que envuelve un estado, y como vemos la transformación de nuestro exponente cultural ha sido muy reciente, aún resuena en mis oídos adivinanzas populares españolas como esta: ¿A qué se parecen las mulas a las mujeres?, en que las dos funciona mejor después de haber recibido una buena paliza.
Cientos de estudios científicos demuestran que la violencia no es instintiva sino que se aprende , los seres humanos heredamos  rasgos genéticos que influyen en nuestra forma de ser, pero las semillas de la violencia se siembran en los primeros años de vida, se cultivan  y desarrollan durante la infancia y comienzan a dar sus frutos malignos en la adolescencia, estas semillas se nutren y crecen impulsadas por los mensajes y agresiones crueles del entorno social hasta llegar a formar parte  inseparable del carácter  del adulto. La violencia suele estar escondida celosamente de la luz pública, rodeada de una coraza protectora de tabú y de silencio, la razón es que en la mayoría de las culturas el hogar constituye la esfera más privada y oculta de la vida.
 Un axioma básico sobre el desarrollo de la personalidad es que el amor engendra más amor y la violencia más violencia, en las familias donde hay mujeres maltratadas siempre hay niños maltratados la cultura esculpe las actitudes y las conductas de las personas, no permitamos que la cultura de la violencia y desigualdad sea el   legado para nuestros hijos, no seamos esclavos de un pasado desgraciado, el atributo humano más emblemático es la propia habilidad para hacernos a nosotros mismos, el anhelo de curarnos de la violencia constituye la mitad de la recuperación, la erradicación de la violencia exige una educación llena de antídotos: la dignidad, la igualdad, la compasión hacía el sufrimiento ajeno y el valor de la vida.


              Séfora Vargas.

3 comentarios:

  1. Muy interesante, inteligente, mesurado y bien documentado, como todo lo que escribes y que te voy leyendo. Si puedo contribuir con alguna ilustracion me encantaria. El blog es genial!. Un saludo!

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  2. Gracias querido amigo, un abrazo enorme.

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  3. Se evoluciona lentamente en este ámbito, pero poco a poco vamos consiguiendolo, aunque todavía queda muchísimo. Lo más triste es que aunque legalmente vayamos avanzando, en lo social y familiar vamos retrocediendo, la educación a nuestros hijos cada día es peor, y si en la misma familia inculcamos violencia verbal, psicológica y física, de nada vale que las leyes nos amparen.SUSANA

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