¡¡¡Para que luego critiquemos a otros paises como... China por vulnerar derechos fundamentales!!!!... esto sucede aquí, en nuestra Unión Europea.
"Un alcalde rumano fuerza a los romaní a mudarse a una planta química"
A menos de una semana de las elecciones municipales en Rumania, que se celebran este domingo, el alcalde de Baia Mare, Catalin Chereches, protagonizó una nueva polémica con la minoría étnica romaní, después de que decidiera construir en julio de 2011 un muro de dos metros que separa dos bloques de viviendas sociales habitadas por gitanos del resto de la ciudad. Pese a que los sondeos le otorgan más de un 90% de intención de votos, el edil forzó el pasado viernes el traslado de unos 2.000 gitanos a una antigua planta química, conocida como la “fábrica de la muerte”, puesto que se almacenaban sustancias tóxicas.
“Los prisioneros son más libres que nosotros”, gritó un romaní a quien acusó a Chereches de ser un “segundo Bin Laden”, según relata un medio de comunicación local. Esta decisión provocó que al menos 10 personas –entre ellas varios niños- fueran trasladadas a un hospital por intoxicación y, además, alentara las iras de las organizaciones Romani CRISS, Sanse Egale y Asociación Impreuna. Sus representantes llegaron a denunciar las amenazas que recibieron algunas familias gitanas para abandonar sus viviendas sociales. “Si no aceptamos a mudarnos, nos demolerán las casas y nos dejarán sin un lugar donde vivir”, afirmaron en un comunicado conjunto.
El alcalde de esta ciudad situada al norte de Rumania reconoció que tenía el acuerdo de unas 60 familias, alrededor de 300 personas, para que se marcharan de sus casas y se desplazaran a la planta química. Además, les prometió agua caliente, calefacción y servicio de basura gratis durante los tres años de contrato.
Las ONG precisaron que “resulta inadmisible que la campaña electoral de un alcalde se base en la evacuación de un grupo étnico sin importarle a qué precio, ni con qué condiciones y, sobre todo, si se ponen en peligro las vidas de decenas de personas”. Sin embargo, Chereches indicó que las imágenes demuestran que algunos miembros se organizaron para inhalar voluntariamente un aerosol paralizante que causó una intoxicación, con el objetivo de crear polémica a su decisión: “Hasta hace pocas semanas, varios ingenieros estuvieron trabajando en este recinto y ninguno enfermó”, subrayó el edil.
Según relata el periódico nacional Evenimentul Zilei, una atmósfera siniestra reina en la “fábrica de la muerte” con señales de peligro de muerte y prohibición de mezclar sustancias químicas, que intentaron ligeramente disimular con una rápida pasada de pintura unos días antes. Al entrar a la planta y contemplar las espeluznantes habitaciones, muchos romaní pretendieron regresar a sus viviendas pero la policía local impidió su paso. Las ambulancias iban apareciendo una tras otra a lo largo de la primera noche que pasaron en la fábrica.
Mientras los servicios de urgencias atendían a los afectados, el jefe de la comunidad romaní envió al alcalde un mensaje de móvil: “¿Qué haces? ¿Nos matas? ¡Las personas se intoxican! ¡No paran de llegar las ambulancias!”. Chereches respondió mediante otro sms: “¡Se habrán intoxicado por la limpieza! Si se sienten mal, que vengan los servicios de urgencia, que para eso están”.
Miembro de la alianza Unión Socialista Liberal (USL), formada por la actual coalición gubernamental entre el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Nacional Liberal (PNL), Chereches aseguró que la situación se percibe de distinta manera. “No se trata de una parte de la comunidad romaní, sino de una revuelta de unos pseudolíderes que provienen del mundo mafioso y del proxenetismo”, advirtió el alcalde, quien se atrevió a llamar cómplice a la asociación Romani CRISS. “No están satisfechos de que hable directamente con la comunidad, sin intermediarios. No dejo ningún espacio libre a estos infractores, que subyugan a la minoría étnica desde hace 20 años”, se defendió.
Chereches señaló que pretende seguir con su política de integrar a los gitanos, a aquellos que son honestos y respetan el orden. “Visité a una mujer de 30 años que va a dar a luz a su séptimo hijo y me dijo que debía tener más para conservar la ayuda familiar”, contó.