domingo, 5 de agosto de 2018

CUATRO CULTURAS; ARABE, JUDIA, CRISTIANA Y GITANA, ÚLTIMA PONENCIA PARA LA UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉNDEZ Y PELAYO



Resulta imposible tratar esta cuestión histórica de forma profusa/ abundante en menos de una hora, por lo que las circunstancias me obligan a centrar mi exposición  de la manera más esquematizada aunque no por ello deja de ser enriquecedora.
Tomando como elemento fundamental de la exposición la “CULTURA”, En sus primeras acepciones, cultura designaba el cultivo de los campos.
El término cultura proviene del latín cultus que a su vez deriva de la voz colere que significa cuidado del campo o del ganado. Hacia el siglo XIII, la acepción figurativa de cultura, denota un concepto  espiritual o folclórico como  identidad única, y cultura como la cultivación de la espiritualidad o la individualidad libre. Muchos son los elementos que componen la cultura de un país en un momento determinado. Los elementos más identificativos  son: LA LENGUA, GASTRONOMÍA, FILOSOFIA, ARTE, MÚSICA, CONSTRUCCIONES ARQUITECTÓNICAS, INSTRUMENTOS DE TRABAJO, MONUMENTOS HISTÓRICOS y los elementos patrimoniales simbólicos o espirituales son muchos otros  relacionados con las ciencias-tecnologias y el conocimiento, la filosofía de vida, espiritualidad- religión  etc.
El escenario histórico al que me refiero hoy, en el que se desarrollaron e intervinieron cuatro culturas a la vez fue en AL ANDALUS. Interactuaron patrones fundamentales de cuatro señas de identidad a la vez, donde se fusionaron creando nuevas manifestaciones del conocimiento, de la lengua, del arte inmaterial e inmanente que perdura hasta hoy.
Sin poder acopar siglos de historia en esta exposición, y aún en contra del conocimiento  popular más extendido en el que la península en ese momento histórico, estaba compuesto por tan solo 3 culturas, por racismo institucional y por esa cuestión irracional de eliminar toda seña de identidad que ha perseguido al pueblo gitano desde siempre, la cuarta cultura, es la CULTURA GITANA diré que hubo 800 AÑOS DE CONVIVENCIA INTERCULTURAL.



Características principales de AL ANDALUS: Tolerancia y convivencia
 Más allá de las obras públicas y arquitectónicas, y los prodigios científicos y culturales de Al Andalus, lo que mejor caracteriza el legado hispano-musulmán es su espíritu de la tolerancia. Si hablamos de la tolerancia del Islam, no se trata de un tópico repetido con fines propagandísticos, sino de una experiencia y una realidad histórica irrefutable. En la llamada Edad de Oro del Islam, cuando el territorio musulmán se extendía de España hasta la China, entre los siglos VIII y XIV, convivían en su seno en un ambiente de libertad y mutuo respeto cristianos arrianos, nestorianos, monofisitas y coptos, judíos, budistas, zoroastrianos, maniquéos e hinduistas, cuyas creencias y tradiciciones eran garantizadas por el Islam por el estatuto de Ahl al Dhimma, es decir, la "Gente del Pacto". Esto es algo que el Islam puso en práctica hace más de 1.400 años y que Occidente a duras penas comenzó a llevarlo a cabo a mediados del siglo XX.
Los historiadores musulmanes nos pintan las ciudades andalusíes como colmenas de poetas, eruditos, juristas, médicos y científicos. Al Maqqari llena sesenta páginas con sus nombres. Como cifras ilustrativas del apogeo de Córdoba durante la época islámica se afirma que ésta llegó a tener casi un millón de habitantes (hoy tiene menos de 300 mil), con 1.836 mezquitas, 800 de las cuales estaban en el arrabal de Saqunda. El número de sus baños públicos era de 700, el de sus fondas y hospederías era de 1.600 y había además 30.452 tiendas y comercios. Las escuelas públicas sumaban 25. El circuito amurallado de la ciudad tenía una superficie de 2.690 Habitantes. Córdoba poseía un notable y revolucionario sistema de albañales y aguas corrientes, a lo que se sumaba una red de alumbrado público y un ingenioso método de irrigación de la vega circundante a través de norias y acequias que extraían el agua del río Guadalquivir (del árabe: uadi al kabir, "el río grande"). Debe destacarse que en esa época, a mediados del siglo X, París y Londres eran aldeas casi desconocidas, y la gran mayoría de las ciudades de la Europa no musulmana se hallaban en las más absolutas condiciones de insalubridad y primitivismo.
Al Andalus llegó a contar con setenta bibliotecas públicas, ya que casi todos allí sabían leer y escribir, mientras que en la Europa cristiana, a menos que pertenecieran al clero, no sabían.
La biblioteca del califa cordobés al Hakam II llegó a contener 400.000 tomos, 44 de los cuales formaban el catálogo de los restantes. Y al Hakam los había leído todos. Un manuscrito andalusí en papel de algodón que hoy guarda la biblioteca del Escorial, del año 1.009, prueba que los musulmanes fueron los primeros en sustituir el pergamino por el papel. Las bibliotecas de la Europa no musulmana tenían menos de cien libros en esa época.
Había centenares de teólogos y gramáticos; los retóricos, filólogos, lexicógrafos, antologistas, historiadores, biógrafos eran legión. Ibn Hazm (994-1.064), el famoso autor de "El collar de la paloma", además de servir como visir (ministro) a los últimos califas cordobeses, era teólogo, exégeta del Corán e historiador de gran erudición. Su "Libro de las religiones y sectas", donde se discute el judaísmo, mazdeísmo, cristianismo y las principales escuelas de pensamiento del Islam, es uno de los primeros ensayos del mundo sobre religiones comparadas.
A pesar de esta bonanza, el califato cordobés se vio involucrado en una guerra civil que determinó su caída hacia 1.031. La España musulmana se desintegró en veintitrés taifas o ciudades-estados, demasiado atareadas con sus intrigas y luchas mezquinas para detener la gradual absorción de Al Ándalus por castellanos y aragoneses. Irónicamente, cada avance de los cristianos sobre Al Ándalus dejaba entrar una ola de literatura, ciencia, filosofía y arte islámico en la cristiandad. Así la captura de Toledo en 1.085 hizo adelantar inmensamente los conocimientos de los cristianos en astronomía y reveló la doctrina coránica de la esfericidad de la tierra 400 años antes de Colón. Y aquí hay que destacar el mecenazgo y la protección de este legado por Alfonso X el Sabio
La Europa cristiana recibió del Islam español alimentos y recetas de cocina, bebidas, fármacos y medicamentos, armas, heráldica, temas y gustos artísticos antes absolutamente desconocidos, artículos y técnicas industriales y comerciales, costumbres y códigos marítimos y a menudo palabras para estas cosas (el castellano tiene un 30% de términos derivados del árabe): naranja, limón, azúcar, jarabe, sorbete, julepe, elixir, jarra, azul, arabesco, sofá, muselina, bazar, caravana, tarifa, aduana, almacén, almirante, rambla, etc, etc. El juego de ajedrez llegó a Europa procedente de la India por la vía del Islam hispano, tomando las palabras persas en el camino; "Jaque mate" viene del persa shah mat, "el rey ha muerto". Algunos de los principales instrumentos utilizados más tarde en Occidente llevan en su nombre la prueba de su origen: laúd, guitarra, tambor, adufe. La Europa cristiana no fue invadida por alfanjes y cimitarras, sino por otros ignotos invasores como álgebra, cero, cifra, azimut, alambique, zenit, almanaque y astrolabio.
 Influencia del árabe en el español
La influencia árabe en la lengua española ha sido significativa, especialmente en el nivel léxico, debido a la prolongada presencia arabófona en la Península Ibérica entre los años 711 y 1609 (fecha de la expulsión de los moriscos) y es que, mientras el 60% del vocabulario español se le atribuye al latín, el 40% restante se reparte entre otras lenguas. [cita requerida] En concreto, Rafael Lapesa afirma que más de 4000 palabras del léxico español, incluyendo topónimos, provienen del árabe.
La influencia arabófona fue más notoria en el sur y este del territorio controlado por los árabes, llamado al-Ándalus. La conquista árabe-musulmana de la península empezó con el establecimiento del Emirato de Córdoba, seguido del Califato de Córdoba y más tarde los diversos reinos de Taifa. El árabe era la lengua dominante en estos territorios y, a la vez, era lengua vecina para los reinos cristianos septentrionales.
El resultado en el español actual son muchos topónimos, sustantivos y nombres propios, verbos aunque muy escasos (siete, poco usados en la actualidad), contados adjetivos y adverbios y una sola preposición: "hasta"; lo cual puede reflejar que la influencia —siendo amplia y muy importante— no consiguió variar la estructura romance del idioma.[1]
A: aceite, aceituna, aceña, acequia, aduana (< addiwan), ajedrez, alazán, alambique, albahaca, albañal, albañil, alcachofa, alcazaba, alcázar, alcohol, alfombra, algarroba, álgebra, algodón, alheña, aljaba, aljibe, almacén, almadraba, almazara, almohada, almoneda, arroz, atabal, azahar, azafrán, azúcar, azucena, azud.
La arquitectura árabe o hispanomusulmana es la que se desarrolló en la España musulmana entre los siglos VIII y XV como fusión del arte romano-visigodo encontrado por los musulmanes y el propio concepto que ellos tienen del arte. Las circunstancias cambiantes a lo largo de estos siglos supone el nacimiento de estilos diferentes y que son conocidos comúnmente como: califal, taifa, almorávide, almohade y nazarí.
La Mezquita de Córdoba constituye uno de los ejemplos arquitectónicos de estilo califal más importantes en Andalucía. Construida sobre el solar de la basílica visigoda de San Vicente, es reflejo artístico del poder de uno de los estados políticos más importantes de occidente en los siglos IX y X: el Emirato y Califato de Córdoba.
También la Ciudad-Palacio de Medina Azahara, a 7 Km. de Córdoba, es un importante ejemplo de lo que dio de sí el estilo califal en cuanto a arquitectura hispanomusulmana se refiere. Fue construida entre los años 936 y 976 para ser la capital del Califato de Córdoba de Abderramán III, residencia real y sede del gobierno.
Tras la abolición del califato cordobés en 1031, surgen los llamados reinos de taifas y con ellos, el estilo artístico hispanomusulmán conocido con el mismo nombre. De la arquitectura de esta época, lo más destacado en Andalucía es el edificio de los baños árabes de Granada, también conocidos como los Bañuelos.
Con la llegada de los almorávides y almohades, surgen nuevos cambios en el estilo arquitectónico de las construcciones que se levantan en territorio andaluz durante los siglos XI y XII. El pilar sustituye a la columna, adoptan el arco de herradura y lobulado y le añaden arcos de herradura apuntados y arcos polilobulados, emplean sillarejo o mampostería entre hileras de ladrillos, bóvedas de mocárabes y artesonados de lazo y armaduras de par y nudillo.
Entre los edificios más destacados de esta época, la Giralda, la Torre del Oro y el Patio de Yeso del Alcázar, todos en Sevilla capital.
Por último, la arquitectura de estilo nazarí tiene su ejemplo más destacado en la Alhambra y el Genaralife de Granada, uno de los conjuntos monumentales más visitados no sólo de Andalucía, sino también de España.

La presencia de fuentes en el diseño urbano y en los patios de las casas, la cerámica en las tejas de los tejados y el uso decorativo de los azulejos son tradiciones heredadas de los musulmanes.
CULTURA SEFARDÍ O JUDIA
La edad de oro de la cultura judía en España, se refiere a un periodo de la historia durante el cual la Península Ibérica estuvo bajo gobierno musulmán y reinó una tolerancia general hacia la sociedad judía, por lo que su cultura, su religión y su economía florecieron bajo la cultura islámica. La comunidad sefardí en ese momento, no tenía pretensiones territoriales, pero sí una gran facilidad para trepar por el entramado económico y posiciones de poder por el nivel adquisitivo que de manera muy fácil estaban acostumbrados a poseer.
El tratamiento que se otorgó a los no musulmanes durante el Califato de Córdoba ha sido objeto de debate, y está seriamente cuestionado por los expertos historiadores. Se ha argumentado que los judíos (y otras minorías religiosas) vivieron una época de tolerancia, respeto y armonía bajo el gobierno musulmán que no tuvo lugar en el resto de la Europa occidental cristiana, lo que daría lugar a esta "Edad de Oro". A pesar de que al-Ándalus tuvo una importancia clave para la sociedad judía durante la Alta Edad Media, generando importantes figuras y una de las comunidades judías más ricas y estables, no existe acuerdo entre los académicos.
María Rosa Menocal, especialista en literatura ibérica en la Universidad de Yale, ha comentado que "la tolerancia era un aspecto inherente a la sociedad andalusí".[3]​ En su libro, La joya del mundo, Menocal defiende que los judíos dhimmíes que vivían bajo el gobierno del Califato, a pesar de poseer menos derechos que los musulmanes, estaban mejor situados que en otras partes de la Europa cristiana. Muchos judíos del resto de Europa emigraron a al-Ándalus, donde convivían con tolerancia.
 El origen de esa cuestionada tolerancia, se basa en lo sucedido en el año 589. Los Visigodos cristianos de Hispania llevaron a cabo una persecución muy severa contra los judíos; consecuentemente, en el siglo VIII, por lo que los judíos recibieron con los brazos abiertos a los conquistadores árabo-musulmanes, y, sobre todo, a los bereberes. Las ciudades conquistadas, como Córdoba, Málaga, Granada, Sevilla, y Toledo fueron brevemente sometidas y puestas bajo el control de sus habitantes judíos, quienes habían sido armados por los invasores moros. Tras la victoria, los invasores retiraron todas las restricciones visigodas y garantizaron la libertad religiosa, bajo la condición del pago de una capitación de un dinar de oro.( capitación es un impuesto per cápita que se impone a los hombres adultos y libres no musulmanes)
Se abre así un periodo de tolerancia para los judíos, cuyo número va a incrementarse considerablemente debido a la inmigración procedente de África. Especialmente después del año 912, durante el reinado de Abd-al-Rahman III y su hijo, Al-Hakam II, los judíos prosperaron, dedicándose al servicio del Califato de Córdoba, al estudio de las ciencias, y al comercio y a la industria, contribuyendo a la prosperidad del país. La expansión económica de los judíos no tuvo parangón. En Toledo, participaron en la traducción de textos árabes a las lenguas romances, así como del griego y el hebreo al árabe. Los judíos contribuyeron a la botánica, la geografía, la medicina, las matemáticas, la poesía y la filosofía.[9]

Fin de la Edad de Oro

Con la muerte de al-Hakam II Ibn Abd-al-Rahman en el año 976, el Califato empieza a disolverse, y la situación de los judíos deviene más precaria bajo el gobierno de los reinos de taifas. La primera persecución importante fue la Masacre de Granada de 1066,
(30 de diciembre de 1066 - calendario hebreo: 9 de tevet de 4827) fue la más sangrienta matanza de judíos sefardíes perpetrada por los musulmanes en la península ibérica, cuando una muchedumbre irrumpió en el Palacio Real de Granada, que en ese momento estaba bajo poder musulmán en al-Ándalus, y acabó con la crucifixión del visir judío Yusuf ibn Nagrela (hijo de Semuel ibn Nagrella) y la masacre de la mayor parte de la población judía de la ciudad: "Más de 1.500 familias judías, es decir, alrededor de 4.000 personas, murieron en un día".[1][2][3]​ Esta fue la primera persecución a los judíos de la Península bajo el gobierno islámico, y es considerada como el primer pogromo en Europa, búsqueda (Pogromo contra los judíos en Fráncfort el 22 de agosto de 1614.  (Un pogromo (del ruso погром, pogrom: «devastación») consiste en el linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, de un grupo particular, étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción o el expolio de sus bienes (casas, tiendas, centros religiosos, etcétera).
Esto provocó que la mayoría de los judíos de la España musulmana, buscaran refugio entre los cristianos y la mayoría de ellos se refugiaron en Toledo. Sin embargo, si los hebreos se hubieran consagrado pacíficamente a la agricultura, a la industria y al comercio, nunca habrían surgido entre ellos y los cristianos los abismos o las montañas de odio que hicieron imposible su convivencia histórica.  La convivencia entre judíos y cristianos fue siempre difícil y llego a ser imposible. Fue siempre difícil y llego a ser imposible porque los hebreos intentaron dominar económicamente, y lograron al menos explotar, al pueblo que les había dado asilo cuando, huyendo de las persecuciones que padecían en la Europa cristiana o en las España islamita, fueron admitidos en su seno.

Este rápido enriquecimiento de los judíos y su rápido trepar hasta las altas jerarquías gubernativas del reino constituyen la clave de las sañas con que pronto les gratifico el pueblo. Los hebreos inmigrantes no se resignaron a vivir pacíficamente entre los cristianos como los mudéjares. De prisa aguzaron el ingenio para explotar y dominar a quienes los había recibido entre ellos.

Sabemos al menos por Al-Maqqari que después de la derrota de Alarcos, de 1195, muchos judíos compraron en el teatro de la lucha los guerreros castellanos caídos en poder del enemigo, naturalmente para venderlos con ganancia (como esclavos) en los mercados andaluces. Esta presencia de hebreos mercaderes en los campos de batalla, como predecesores de los cuervos que tras ellos caían sobre los malheridos o los muertos no era demasiado a propósito para conciliar a los judíos las simpatías populares. Tampoco pudo serlo su actuación como revendedores, siempre encareciendo los alimentos y el vestido.

¡La usura judía! No hay tema que asome con más frecuencia a los ordenamientos de las Cortes de Castilla.  Por uno y otro sistema los usureros judíos se aseguraban de antemano intereses del 100%. Y para rechazar las demandas de los cristianos contra todos estos abusos, los usureros judíos se hacían fuertes en la tradicional necesidad de un testigo hebreo en cualquier juicio contra ellos, porque ningún hermano de raza atestiguaba en favor del deudor demandante.
La influencia de la cultura judía se percibe en muchos ámbitos; A pesar de la falta de un vocabulario bíblico original, los poetas hebreos de Sefarad encontraron la forma de escribir poemas en idioma hebreo, utilizando la métrica árabe, lo cual llevó a un desarrollo simultáneo de la gramática hebrea.
Respecto a la poesía señala el profesor Pérez Castro que mientras los géneros literarios hebreos en la antigüedad giraban en torno al eje religioso, los poetas hispano- hebreos “rebasan el marco puramente religioso: la filosofía, las ciencias, el interés por la naturaleza, la apreciación de la belleza del mundo y del hombre, la valoración de las emociones humanas en la poesía litúrgica y secular, el interés por la posible armonización de lo religioso con lo supra-racional, con lo científico o meramente racional, y tantos y tantos otros. (…) Fueron estos hombres abiertos a todas las posibilidades que el ser humano ofrece, anticipándose en varios siglos a lo que después habría de significar el Humanismo, con mayúscula.

Escribe Juan Goytisolo (El País, 1999): “El pesimismo radical de Fernando de Rojas y Mateo Alemán, la ironía de Cervantes, la amarga imprecación de Fray Luis de León, son manifestaciones distintas de una estrategia personal de desengaño, resistencia o huida y coincide con la idea de que a los conversos se le debe el movimiento central del Siglo de Oro de la literatura española”.
Los sefarditas llevaron las lenguas ibéricas a todos los continentes conocidos en aquella época. Hacia fines del siglo XVI, en todos los continentes se hablaba español: gracias a los castellanos en la Península Ibérica y América y en los restantes gracias a los sefarditas.
En la literatura española participaron destacados judíos españoles conversos. Una de las grandes obras de la literatura española es seguramente la inmortal “La Celestina”, la obra de Fernando Rojas, un judío converso, en la que su autor vertió el alma desesperada y evanescente de la España judaica, como escribiría Américo Castro en el libro más arriba mencionado. Según él, el florecimiento de la prosa castellana en el siglo XIII es solidario del uso del castellano como lengua ritual para los judíos parejamente con el hebreo.

LA MÚSICA; INFLUENCIA SEFARDÍ

La variedad instrumental empleada a la hora de manifestarse esta música, le aporta una enorme riqueza. Los sefardíes se expandieron en un principio por los países del mediterráneo, en particular por el norte de África, huyendo de la conversión obligatoria y de la persecución que sufrían derivada de sus costumbres y pertenencias. Siendo un pueblo perseguido, tal como los gitanos, se genero una música de gente dolorida y torturada por sus circunstancias.
El paso por el continente africano les permite tomar algunos instrumentos de percusión como son la derbuka o dumbrek (tambor en forma de copa de diferentes tamaños elaborados en madera o de cerámica), bandir o bendere (similar a una pandereta grande, con cuerdas detrás del parche que le dan una sonoridad típica cuando es golpeada.
Hay quien ha relacionado ciertas formas del “cante jondo” con algunos cantos sinagogales; como es merecedor de saber que algunos suelen llamar “chantre” al cantaor. Igualmente la costumbre de “jalear” a cantaores y bailaores arranca de una antigua costumbre judía. La palabra “jalel” significa “animar” en hebreo. Del mismo modo el “jassan”/chantre, al igual que el cantaor de saetas, debe expresar lo que sienten todos en general. Es de lógica pensar, que a través de la larga relación entre el pueblo judío y gitano de aquella época, existiera de sobrada oportunidad de influir en el cante.

Por su parte, Manuel de Falla ("El Cante Jondo") al analizar los elementos musicales del "cante jondo", dice: “En la historia española hay tres hechos de muy distinta trascendencia para la vida general de nuestra cultura, pero de manifiesta relevancia en la historia musical, que debemos hacer notar, como son:

a) La adopción por la Iglesia española del canto bizantino
b) La invasión árabe
c) La inmigración y establecimiento en España de numerosas bandas de gitanos”.

Falla indica que en uno de los cantos andaluces en el que, a su juicio, se mantiene el viejo espíritu, es en la siguiriya, donde se halla elementos del canto litúrgico bizantino.

Retomando la teoría de M. Jose Khan, habla sobre el primitivo “cante jondo” en el mundo israelita, que se debió entonar por los judíos que contemplaron la destrucción de su primer templo. En prueba de esa pena y religiosidad…, “el destino de estos cantares entre los hebreos fue su ejecución en los días de fiestas. Día de fiesta en hebreo es: JOM – TOB: “buen día”; voz que bajo la presión y desgaste popular sonaría como “JONDO”, de donde proviene la palabra. Lo que hoy se define como “cante jondo” fue entre los hebreos “cantar festival”. La semejanza entre el cante jondo y la multitud de cantes hebreos – afirmaba Medina Azara – es tan impactante que a la gente del pueblo que lo ejecutaba se le creía “JASSANIM” es decir, “Cantores de Sinagogas.
El cante por Petenera cuenta con una cierta disposición a reconocer en todo el acervo musical y coreográfico flamenco una influencia hebrea. Su propio nombre así lo indica: “Cante de Sinagoga”, aunque no podemos descartar otras teorías, ya que el cante flamenco se basa en sus comienzos, en una transmisión oral llevada a cabo en la intimidad del hogar o en reuniones de carácter social o religioso, no existiendo por ese motivo documentación alguna que recoja sus orígenes.

En la vida musical de la España medieval, no es de extrañar que participaran elementos judíos conjuntamente con la cultura y tradiciones árabes y cristianas. En referencia a los sefardíes, la presencia instrumental estaba presente en la música litúrgica utilizando elementos propios y el cante se pronunciaba en lengua hebrea o ladino (1). Esta última, fue empleada para trasladar al castellano los textos litúrgicos originalmente escritos en lengua santa, ya que el conocimiento del hebreo por la población de la Edad Media era prácticamente nulo. 
Con la decadencia española, el país adquiere ante los observadores extranjeros una aureola romántica, convirtiéndose en una tierra de terratenientes aristocráticos, campesinos iletrados, gitanos coloristas, toreros e intensa religiosidad al estilo medieval, en gran contraste con los países europeos circundantes, industrializados y «modernos».
CULTURA GITANA

En enero del año 1425, «el conde Juan del pequeño Egipto», y su «kumpanya», obtuvieron del rey Jorge de Aragón un salvoconducto para transitar por sus territorios. Esta es la primera referencia histórica que tenemos de la presencia de los gitanos en España. Con ellos trajeron su cultura, sus costumbres y su idioma, el romaní, así como numerosos interrogantes.
El primer documento sobre la llegada de gitanos a nuestro país data de 1415 y está fechado en la ciudad de Perpignan, que en su día perteneció a la Corona de Aragón. En 1447 entran en Barcelona y en 1462, penetrando a través de Castilla, llegan a la ciudad de Jaén. (556 AÑOS EN ANDALUCIA Y 603 EN LA PINÍSULA)
.
Los gitanos se presentaron en Andalucía, al igual que en el resto de Europa, en grupos de 25 a 100 personas, siendo muy bien acogidos hasta principios del siglo XVI.
Si en algo caracteriza la entrada del pueblo gitano en la Península es su carácter pacífico, su nula ambición política, es decir, ellos  llegaron pidiendo “permiso”, no hubo guerra, contienda beligerante ni ninguna otra actitud  que no fuera la de vivir en paz.
Llegaron en grupos pequeños, eran expertos en el hierro, bronce, plata, eran alfareros y dominaban el barro como nadie, especialistas en el trato de ganado, en la artesanía del mimbre etc y sobre todo, era bien conocidas sus habilidades musicales. La pretensión del Pueblo gitano era vivir en paz. Practicaban un nomadismo pétreo en su idiosincrasia, iban” de aquí para allá” vendiendo sus artesanías. Sin embargo, esta actitud nómada, empezó a chocar con la nueva pretensión de los reinos de Castilla, que en su idea de homogenizar los reinos, vieron la causa gitana como un estorbo a su pretensión. Por lo que a partir de esta fecha, se iniciaría un cambio de actitud política  que pretenderá, bien la integración de los gitanos o bien su expulsión, ya que se intentaba lograr un estado moderno basado en la unidad de residencia y la homogeneización del país. No obstante, esta comunidad se acogerá a la religión católica, con lo cual no serán expulsados.
Las pragmáticas reales que ordenaban el asentamiento de los gitanos se repetirían a lo largo del siglo XVI y XVII, no contribuyendo éstas a promover unas relaciones fluidas entre la comunidad gitana y la no gitana. La etapa comprendida entre 1499 y 1633, coincidente con el reinado de los RRCC, es la más dura y represiva.
  • 1499Pragmática de los Reyes Católicos: Ley que pretende acabar con los
  • derechos que se habían concedido a los Gitanos como peregrinos y con sus
  •  comportamientos culturales diferenciados (lengua, vestimenta, costumbres…).



“Mandamos a los egipcianos que andan vagando por nuestros reinos y señoríos… que vivan por oficios conocidos… o tomen vivienda de señores a quien sirvan… Si fueren hallados o tomados, sin oficio, sin señores, juntos… que den a cada uno cien azotes por la primera vez y los destierren perpetuamente de estos reinos, y por la segunda vez que les corten las orejas, y estén en la cadena y los tomen a desterrar como dicho es…
 De hecho se organizó en España “LA GRAN REDADA DE GITANOS , EL 30 DE JULIO DE 1749, EN MEDINA DEL CAMPO, DONDE 12.000 GITANOS FUERON ENCERRADOS EN UN PREDIO, Y PARAC EVITAR SU REPRODUCCIÓN FUERON SEPARADOS LOS HOMBRES DE LAS MUJERES, Y LOS MÁS JÓVENES FUERON ENIADOS A LAS GALERAS O CEDIDOS A TERRATENIENTES”
LA HORQUILLA HISTÓRICA DE 1499 A 1783, RRCC-CARLOS III, FUE REPRESIVA HASTA BUSCAR  SU ELIMINACIÓN.
HAY UN INFORME EVACUADO EN 1783, POR EL MAGISTRADO DE OVIEDO EN EL QUE SE EXPRESA QUE PRETENDIAN SU SUPRESIÓN SOCIAL, SUPRIMIR SU NOMBRE Y RATIFICAR SUS COSTUMBRES. DE HECHO HAY 250 PROVIDENCIAS ENTRE 1499 Y 1783, EN 284 AÑOS, HAY DEMASIADA LITERATURA LEGAL, ADMINISTRATIVA Y JUDICIAL, PARA UNA POBLACIÓN DE MÍNIMA REPRESAENTACIÓN, A PENAS UN 1 POR 1000 DE LA POBLACIÓN DE AQUELLOS TIEMPOS.
Con el reinado de Carlos III se abre un nuevo período que llegará hasta nuestros días, caracterizado por la igualdad en los derechos y responsabilidades respecto al resto de la población (VV.A.A.,1987, pa. 13-23). PERO HOY NO ME CENTRARÉ COMO OTRAS VECES EN LA HISTORIA DEL PUEBLO GITANO HASTA NUESTROS DIAS, SINO QUE MI EXPOSICIÓN ESTÁ ENCUADRADA EN EL MARCO DE CONFLUENCIAS CULTURALES DE LAS CUATRO CULTURAS QUE CARATERIZAN A ESPAÑA.

AÑOS DE CONFLUENCIA CULTURAL ENTRE MUSULMANES, JUDIOS, CRISTIANOS Y GITANOS

 

En efecto, como se expuso anteriormente, la llegada de los gitanos a la península,  en 1462 a tierras de Jaén y posteriormente  a la ciudad de Granada, se producía de forma paralela al momento de la expulsión de los moriscos y judíos hasta 1492, comenzando así un período de convivencia entre los gitanos, judíos y aquellos moriscos, que huyendo de las autoridades cristianas, se refugiaban en estas comunidades marginales.
En apenas 30 años de interculturalidad entre moriscos, judíos, gitanos y cristianos, tuvo lugar lo que para los expertos es NACIMIENTO DEL FOLCLORE ANDALUZ.
 Según Navarro (1995), dicha convivencia se iniciaría en el barrio árabe de Rabadasif, en Granada,  y son varios los testimonios de cómo algunos moriscos se unían a las caravanas de los gitanos. No obstante, la Inquisición descubriría la infiltración de la comunidad morisca entre la gitana.
Así pues, las huellas moriscas se habrían prolongado en el tiempo, y muchas de sus costumbres y tradiciones se transmitieron posiblemente a estas comunidades gitanas, más allá de la expulsión de las comunidades judías y moriscas, los GITANOS DEL MOMENTO supieron absorber, somatizar y adaptar la MAYOR HERENCIA CULTURAL QUE POSEE EL PUEBLO GITANO ESPAÑOL, EL FLAMENCO. NADIE MEJOR QUE  ELLOS HAN SIDO MEJORES EMBAJADORES DE ESTA MUSICA EMBRIONARIA QUE SE FORJÓ LENTAMENTE DE LA MEZCLA Y CRISOL DE CULTURAS, DE VIVENCIAS, DE TRAGEDIAS DE LUCHAS Y SUPERVIVENCIAS COMO ES EL FLAMENCO.

MESTIZAJE ÉTNICO EN EL FLAMENCO: LOS MORISCOS Y JUDIOS

En general se considera al flamenco una música que pertenece al folclore andaluz. También se considera como la herencia árabe en nuestra cultura, como el quejío gitano en la opresión racial sufrida durante siglos, como el paradigma del español quejumbroso y pendenciero.
El flamenco es sencillamente la expresión de Andalucía, tierra singular donde la haya y punto de convergencia de las más avanzadas culturas de la humanidad.
Hemos podido apreciar que, debido a la falta de testimonio material escrito o de otro carácter, no tenemos la "huella" del flamenco hasta mediados del siglo XIX y ello gracias, en gran parte, debido al testimonio de personas extranjeras que viajaron por nuestro país en aquella época.
Por otra parte, no puede descartarse la posible influencia judía en la formación del flamenco y en este sentido Hipólito Rossy dice: «El pueblo israelita, por su convivencia de siglos con los españoles, incluso en la España musulmana, tuvo sobrada oportunidad de influir en el cante jondo, como en tantas otras actividades humanas en las que estuvieron presentes, codo a codo con los españoles. Se cree que muchos juglares y cantaores flamencos eran de raza hebrea, y hasta se aventura que La Petenera —tipo legendario de cantaora— era judía ella misma. Lo raro, lo incomprensible, habría sido que hubiera estado al margen de esta actividad artística, popular, este pueblo, cuyos talentos artísticos han sido extraordinarios y siguen siéndolo hoy como en la remota antigüedad» ("Teoría del Cante Jondo").
Se reconoce por diversos estudiosos la antiquísima influencia de la civilización bizantina en el arte flamenco, y se cita a Felipe Pedrell ("Cancionero Musical Español") como indicador de la presencia del orientalismo musical en ciertos cantos populares, debido precisamente a la influencia de la civilización bizantina.
La influencia sefardí por otro lado, se extiende hasta la saeta, donde el escritor israelita “Medina Azara” dijo, que la saeta era cantada por los cristianos nuevos – recién conversos – para aumentar la poca confianza que puso la Iglesia en su cristiandad, ya que este canto reúne en sí misma la máxima devoción a Cristo y a la más terrible desesperación del judío obligado a optar entre la conversión o el exilio. Esta teoría la reafirma Rafael Manzano – El cante jondo- apoyándose en la exégesis de las saetas ya mencionada, quien las hace derivar – afirma Manzano – de la terrible composición del “KOL NIDREI”, rezo mediante el cual los sefardíes suplican a Dios, que les anule el juramento prestado a la Iglesia Católica.

Existe una segunda teoría, que trata derivar el origen de las saetas hacia la música hispano – árabe, según el emir Rahman Jizari Ibn – Kutayar. El origen se remonta a los almuédanos de las mezquitas cordobesas, granadinas, y malagueñas, donde con los pregones convocaban a los fieles a la oración. Igualmente opina, que los judíos hicieron de las saetas un medio secreto de comunicación, que imposibilitaba infundir sospechas en el Santo Oficio. En las sinagogas de Kiev, se entonan unos cantos que ofrecen una gran analogía con las saetas andaluzas.

En otro contexto pero relacionado con el flamenco ha abogado "Medina Azara", seudónimo del escritor israelita Máximo José Kahn, por el origen hebreo de la siguiriya. Esta opinión ha sido rebatida rotundamente por Manuel García Matos - ilustre folklorista – donde tras revisar los principales cantos litúrgicos sinagogales, afirma rotundamente que no existe concomitancia alguna entre las melodías de los cantorales semitas y la siguiriya. Mucho antes a estas teorías, Felipe Pedrell había creído encontrar antecedentes judíos en el martinete.
Medina Azara continua en su teoría, que    el cante jondo que se parece al canto sinagogal; son la Saeta, el Fandanguillo y la Seguiriya gitana, y aunque no tan expresivamente, la Solea. 
Asimismo, los estudiosos del flamenco han reconocido la influencia árabe-morisca en el nacimiento de este arte, en parte debido a que tanto el canto árabe como el flamenco sean melismáticos (MELISMAS) y en parte por razón de las circunstancias vitales de los moriscos, muy hermanadas en su dura realidad con la vida de las tribus gitanas. Además, algunos textos de escritores del siglo XIX, como "Las Cosas de España" de Richard Ford, editado en 1831 y "Escenas Andaluzas", de Serafín Estébanez Calderón, publicado en 1847, propician la idea de la influencia de la música morisca en el flamenco.
El autor que con más ahínco y vehemencia ha defendido hasta ahora el nexo de unión, la analogía entre lo flamenco y los moriscos, es sin duda alguna Blas Infante. Este hace derivar el vocablo flamenco del árabe "felahmengu", cuyo significado es campesino huido.
Blas Infante nos presenta las teorías más sugestivas sobre la génesis del flamenco. A la hipótesis anteriormente citada añade otra no menos interesante y en la que sustenta la convivencia obligada de moriscos y gitanos, así como la mezcla de estas dos etnias y culturas.
"Unas bandas errantes, perseguidas con saña, pero sobre las cuales no pesa el anatema de la expulsión y de la muerte, vagan ahora de lugar en lugar y constituyen comunidades dirigidas por jerarcas y abiertas a todo desesperado peregrino, lanzado de la sociedad por la desgracia y el crimen. Basta cumplir un rito de iniciación para ingresar en ellos. Son los gitanos. Los hospitalarios gitanos errabundos, hermanos de todos los perseguidos. Los más desgraciados hijos de Dios, que diría Borrow. Hubo pues, necesidad de acogerse a ellos. A bandadas ingresaban aquellos andaluces (moriscos), los últimos descendientes de los hombres venidos de las culturas más bellas del mundo; ahora labradores huidos (en árabe, labrador huido o expulsado significa "felahmengu").
Por todo ello, al arte flamenco, rama importantísima del folclore andaluz Y EXPONENTE MÁXIMO DEL ARTE ESPAÑOL, no puede asignársele una fecha de nacimiento en un año o un siglo determinado, sino que se va formando a través de siglos y su evolución se va produciendo bajo las diversas influencias a las que anteriormente nos hemos referido. De ahí que no puede decirse que el flamenco  SEA UN FRUTO EXCLUSIVO DE  CREACICIÓN GITANA, SINO QUE FUE UNA MEZCLA MARAVILLOSA EN LA QUE EMERGIERON LAS DISTINTAS CULTURAS, SE SOMETIERON A UNA MARAVILLOSA SIMBIOSIS QUE DIO LUGAR A LO QUE POSTERIORMENTE DENOMINAMOS FLAMENCO…PERO EL FLAMENCO, ESTA VEZ CON IDENTIDAD PROPIA, EL QUE SE DESARROLLA EN ESTE MOMENTO MAS ACTUAL, TIENE COMO PRINCIPAL  característica que no está aislado. El flamenco de ahora, que  después adoptamos los gitanos como seña de identidad ha trasgredido barreras, como dice Paco Suarez, El flamenco es la música que más han cultivado los gitanos en España y tiene plena conexión con las músicas romaníes de Europa. Hay relación harmónica, melódica y rítmica, que son los tres pilares en los que se basan la música hoy día, que es melodía, acompañamiento y ritmo, están presente en la música de los gitanos europeos y españoles. Aunque si es cierto que también todos los gitanos del mundo podemos prescindir de la armonía, que está representada por los instrumentos de acompañamiento. Los gitanos españoles podemos cantar y bailar sin guitarra. Esa es una característica muy peculiar del pueblo gitano, que proviene de nuestra ascendencia india y persa, que sigue presente en nuestra memoria histórica.
Los gitanos desde el principio usamos dos elementos, que son los dos elementos principales en la India todavía, el Raga y el Tala, la melodía y la percusión. Los gitanos con las palmas y con la voz somos capaces de hacer flamenco, y eso es una virtud que conservamos desde hace mil años, y esa es una capacidad que no poseen todos los pueblos. Nosotros hemos mezclado nuestras músicas con otras músicas, pero hemos mantenido nuestro ADN musical.
 Paco Suarez mantiene una investigación abierta en la que demuestra abiertamente que el ADN GITANO está presente en  la construcción del acervo cultural y musical de Europa, él afirma que los gitanos siempre somos aplaudidos en los escenarios, pero nunca somos reconocidos como los autores de esas músicas, su objetivo principal desde hace unos años es:
 Demostrar que las danzas que compuso Brahms no eran originarias de su mente, sino que fueron producto de la imitación, de la influencia recibida de sus vecinos gitanos y de unos amigos suyos que tocaban el piano y el violín, gitanos también.

 Demostrar que las maravillosas rapsodias húngaras que compuso Franz Liszt son producto de la inspiración que recibió de los gitanos húngaros.

 Demostrar que los Lied de Schubert son producto de la inspiración que recibió de los gitanos nómadas con los que él se fue a vivir. Pretende demostrar que eso es así, y que se reconozca el origen gitano de esa música clásica.
Es UNA CUESTIÓN DE JUSTICIA HISTÓRICA que todo esto se reconociera en los conservatorios, y que cuando un estudiante de MÚSICA clásica toque las danzas húngaras, el profesor le explique que eso es música gitana; y cuando un pianista tocara a Franz Liszt, que se le explicara que la música del piano de Liszt proviene de la música del címbalo de los gitanos húngaros. Así, los músicos que se están formando en los conservatorios tendrán una formación plena y concisa sobre la verdad de la música en Europa.
 Resulta lamentable el racismo institucional en el que se niega absolutamente toda identidad gitana, no sólo en España, sino en Europa…muy pocos conocen los datos arriba indicados, o la influencia de la cultura gitana en el carácter español, y en Andalucía en particular.. El origen de de la feria de Sevilla, o de Zafra…los prestamos lingüísticos del romanó… Y esto es así porque existe un racismo cultural que intenta despojarnos de todo mérito y de todas las aportaciones que hacemos a la sociedad; y este racismo cultural no tiene otro objetivo que no reconocer lo que otros grupos culturales ha ofrecido a la sociedad española. Por lo que aprovecho la ocasión para deciros que la GITANEIDAD BIEN ENTENDIDA, ESTÁ inmersa en todas las áreas del saber, del conocimiento, del carácter andaluz, del carácter español, de la gastronomía, de figuras jurídicas como el “corretaje” , en la lengua española y en la música clásica… no solo, NO SOLO EXISTIERON TRES CULTURAS, SINO QUE FUERON CUATRO, ADEMÁS NUESTRA INFLUENCIA TAMBIEN ROMPIÓ ESPACIOS Y TERRITORIOS, POR LO QUE ..NO SÓLO ANDALUCIA ES GITANA, SINO QUE ESPAÑA  ES GITANA Y EUROPA TAMBIEN LO ES.
GRACIAS A TODOS.