El blog de Sefora Vargas

SEGUNDA PARTE MATRIMONIOS GITANOS

 Centrándonos en la tipología de matrimonios, el primer punto que hay que tener en cuenta es que el sistema familiar gitano es ambiguo, porque en un primer periodo la estructura es radicalmente patriarcal y después una vez tenido el primer hijo, hay una TRANSFERENCIA CONTINUA DE PODER, hasta llegar a convertirse en MATRIARCAL. Una realidad totalmente desconocida y desvirtuada, aunque envuelta siempre en un absurdo silencio y discreción de cara al resto de familias y de cara a la sociedad mayoritaria. Es decir, aunqe por “tradición” deba asumir la ética impuesta del varón, una vez son madres inconscientemente el varón   transmite poder a su mujer, y este es el momento que las mujeres aprovechan para percutir los cambios.

Un proceso complejo y sencillo a la vez, de ahí que las mujeres nada más casarse buscan la maternidad, buscan reconocimiento, consideración, aceptación… y poder.

En segundo lugar es muy importante delimitar    quién conforma el matrimonio, quién es el cónyuge gitano  el hombre o la mujer el que crea una familia mixta. De ello dependerá la carga cultural y obligacional que debe mantener y transmitir  tanto a su cónyuge como a sus hijos. El eco de una frase gitana antigua explica muy bien este parámetro. “La manta que cubre al de arriba, es el que cubre la familia y da nombre a la misma”, de este pensamiento siempre el varón, dará nombre a la familia.

Si es hombre, es decir si el padre de familia es de etnia gitana, y  contrae matrimonio con una mujer no gitana,  no gozará del consentimiento familiar en una primera instancia, pero después de  hacer valer su propósito de respetar y amar de por vida a la mujer que ha elegido, en este caso paya, obtendrá el apoyo de toda su familia con una condición indispensable que  ella acate y respete esa moral gitana,  hasta un punto casi de absorción de la otra cultura. En muchos casos los matrimonios mixtos hacen infranqueable su matrimonio con hijos prontos, y el proceso de aceptación se acelera.

 El código ético que más caracteriza al pueblo gitano, básicamente se resume en varios principios:

• RESPETO DE LA PALABRA DADA Y CUMPLIMIENTO DE LA MISMA
• RESPETO A LOS MAYORES
• HONOR Y LEALTAD POR ENCIMA DE TODO
• DEDICACIÓN ABSOLUTA A LA FAMILIA
• DEDICACIÓN EXCLUSIVA  DE LOS CÓNYUGES QUE CONFORMAN UN MATRIMONIO
• HOSPITALIDAD Y SOLIDARIDAD A LOS NECESITADOS Y ESPECIALMENTE A LOS DEL MISMO COLECTIVO.

• IMPORTANCIA DE LA PUREZA EN EL PUEBLO, DE AHÍ LA TRADICIÓN VIRGINAL.

•    SENTIDO DEL TIEMPO COMPLETAMENTE DIFERENTE AL DEL RESTO DE LA SOCIEDAD.

•  SOLEMNIDAD EN LAS CELEBRACIONES TÍPICAS; PEDIDA DE MANO, BODAS, NACIMIENTOS, FUNERALES Y SON MUY DESTACADAS LAS NAVIDADES TAMBIÉN.

•  VENERACIÓN Y RESPETO MÁXIMO A LOS DIFUNTOS.

Si es la mujer gitana la que decide conformar una familia con un gad´che, un payo, la actitud familiar es la misma, una repulsa por su condición diferencial, motivado por un miedo a perder sus señas de identidad,  pero si ya ha consumado el matrimonio, pasa automáticamente a ser considerado su marido ni necesidad de oficializar ante las autoridades civiles o eclesiásticas el matrimonio. Y además se da un cierto sentimiento de pérdida familiar, la mujer gitana cuando se casa, pasa a formar parte de la familia de su marido, quedando en segundo plano la propia, independientemente de con quién se case si sea gitano o no (“con tu familia siempre estarás cumplida hija, con tus suegros nunca”).

Centrándonos en el rol de la mujer gitana, es imprescindible describir un carácter de liderazgo innato, a pesar del autoritarismo del varón, la gitanas poseen  una gran  responsabilidad en la transmisión de valores, son el motor de cambio de la propia cultura en sí, la responsable de la educación de los hijos y de la familia, la    precursoras de cambios y catalizadoras de  los contravalores, de  las modificaciones de  las normas y tradiciones, tienen una habilidad muy sutil para mantener a las familias unidas ya que son expertas mediadoras en los conflictos familiares (mujeres con buena reputación y madres desde  una edad adulta).

FACTORES MÁS COMUNES

·      

   Poca autonomía en los primeros años matrimoniales debido a la gran dependencia económica que obliga el sistema más común laboral, la venta ambulante de la familia, a no ser que alguno de los dos tenga otra situación laboral que no sea la ésta y les permita cierta independencia.

(Los primeros años matrimoniales, se suelen pasar conviviendo con los suegros)

·      Grandes injerencias  en la vida matrimonial, motivadas en principio por los matrimonios tan precoces y paternidad prematura.

·     Obligación de permanecer junto a la familia del marido de forma radical y poco ecuánime.  en las celebraciones de  diferentes eventos, ya sean pedidas de mano, bodas, navidades… a excepción de las defunciones, donde se respetan  a los difuntos del mismo modo y la necesidad de asistir a sus familias en momentos tan difíciles.

FACTORES DIFERENCIADOS

·  Hay una cuestión muy diferenciada y llamativa a la vez, por lo que pudiera parecer contradictorio, las nueras no gitanas, gozan de cierta exención en el cumplimiento de las tradiciones, ya que supuestamente al no conocer la cultura no pueden responder a las exigencias de las tradiciones como lo haría una mujer gitana, es como si se disculparan por no entender el espíritu de las tradiciones,  por lo tanto se mantiene cierta flexibilidad y condescendencia que no se suele  aplicar a la mujer gitana. Por lo cual,  ésta, siempre está inmersa   en obligaciones y responsabilidades, acotando su esfera de desarrollo personal.

·     Al pertenecer a otra cultura, los conflictos no pueden solucionarse del mismo modo, ya que las tradiciones distancia a  ambas posturas y las puede volver antagónicas.

·      En el proceso de educación de los hijos, aunque de obligado cumplimiento la mujer gitana o no, se debe  adaptar a todo, y sea la última responsable siempre,  por esa virtud de influenciar a los hijos, en los matrimonios mixtos es más notable esa influencia de los valores femeninos, debido a esa condescendencia mencionada anteriormente.

·    Es notable, que en los matrimonios mixtos, la cercanía y el sentido de potestad que los abuelos gitanos ejercen hacia los nietos, siempre es mayor sobre los que son ambos progenitores gitanos, por el poder y la confianza que adquieren al saber que viven bajo las mismas pautas y costumbres. Aunque el cariño evidentemente sea el mismo.

·      En cuanto a la permanencia en el colegio y seguimiento escolar, se ha demostrado que los hijos de los matrimonios mixtos han alcanzado mejores resultados. Esto se debe principalmente a  que algunos de sus progenitores tienen una mejor situación económica y un puesto laboral que no sea el tradicional de la “venta ambulante” , ya que este sistema ha beneficiado económicamente mucho a la población gitana, pero ha dañado seriamente su posibilidad de formación, imitándolos a horarios imposibles de ajustar con los horarios escolares.

Pero es imprescindible especificar que  la población gitana está viviendo un periodo de continua transformación, y que ya existen un 1% de gitanos que llegan a alcanzar estudios universitarios.

“Todo lo demás oído de este colectivo… las leyendas negras, los estereotipos… no son más que características que posee el ser humano cuando viven en situación de exclusión social, sin sus necesidades básicas cubiertas, sin habilidades sociales debido a la poca formación y la marginación… el Odioso machismo, como el que había  “en otras etapas represivas  Españolas” nos es más que el peso de esa condena del retraso social, cultural, económico y político…”