La Ceremonia del río, cauce de libertad
Moisés Stanckowich
Articulista y poeta
El próximo lunes, 8 de abril, se celebra como cada año, el Día Internacional del Pueblo Gitano (International Roma Day), una fecha en la que gitanos y gitanas del mundo arrojan pétalos de flores en los ríos como símbolo respetuoso de libertad, en lo que se conoce como la “Ceremonia del río”.
Esos pétalos, flotando en los ríos, atraviesan pueblos, ciudades, provincias, regiones, incluso países y continentes, en un sentimiento que le lleva, al gitano, a considerar a la Tierra como patria universal de toda la humanidad. Las mujeres lanzan al río pétalos de flores como símbolo de libertad y del éxodo vivido por el pueblo gitano hace más de mil años. A continuación, se depositan también en el agua velitas flotantes encendidas en recuerdo de las víctimas que han sufrido las consecuencias del odio y los ataques xenófobos y racistas, y en memoria de los antepasados, en especial de los que fueron asesinados en los campos de concentración nazis…, más de medio millón, episodio de la historia contemporánea que se conoce como Porrajmos o genocidio gitano.
¿Y por qué esta fecha, 8 de abril?Porque estafecha recuerda el Congreso Mundial Gitano celebrado en Londres el 8 de abril de 1971 en el que se instituyó la bandera y el himno gitanos, el “Gelem Gelem”. Desde hace unos años, este día ha ido adquiriendo gran relevancia y sirve de ocasión para distintas celebraciones y comunicaciones por parte de múltiples instituciones nacionales y europeas. En Cataluña, el lema para este día es, este año, “Construimos nuestro futuro” y, según leemos en el web de la Federación de Asociaciones Gitanas de Cataluña (FAGIC), está previsto un acto oficial en el Parlamento de Cataluña y, a continuación, la ofrenda floral en el río Besós, en la que habrá baile y música, naturalmente. En muchas ciudades del planeta, ese día, habrá celebraciones similares también, abiertas a todo aquel que apueste por la convivencia intercultural. En la sociedad paya dominante, a muchos les apura no solo la existencia del “otro” (ya sea gitano, judío o musulmán), sino el hecho de tener que reconocerlo.
Como muy bien nos recuerda la Unión Romaní: “En esta época especialmente dura que nos ha tocado vivir, cuando nuestra gente [el pueblo gitano] está siendo objeto de cruel persecución en países de vieja tradición democrática como puedan ser Grecia o Hungría; cuando quienes huyendo del hambre y la miseria de sus países de origen creen encontrar en la vieja y próspera Europa una esperanza de vida más humana y son expulsados como lo están siendo en Francia e Italia, hay que levantar la voz para reclamar de los gobernantes y de la sociedad un gesto de solidaridad que no nos haga perder del todo la esperanza.El día 8 de abril debemos salir a la calle con una sonrisa y la mano tendida a quien quiera estrechárnosla. Y a quien quiera escucharnos, debemos decirle cómo somos en realidad. Que nuestro pueblo no se parece en nada a la imagen pervertida y falsa que se está ofreciendo de nosotros en algunos medios”. Y sobre esto último, me adhiero (e invito a hacerlo) a la campaña propuesta por Séfora Vargas, presidenta de APRODEIG (Asociación para el Progreso y Desarrollo Económico del Pueblo Gitano) para denunciar la perpetuación en algunos medios de comunicación de los manidos tópicos que sobre los gitanos existen en el imaginario colectivo, y que no sirven para acercarnos en el conocimiento y entendimiento mutuos sino, más bien, para seguirnos manteniendo separados. Por cierto, si alguno de los lectores vive en Sevilla, que se acerque este lunes a la Casa de la Provincia a celebrar el 8 de Abril desde una perspectiva gitana radicalmente femenina. Según la Sra. Vargas: “Pretendemos realizar una ceremonia amparada en la igualdad; y por otro, deseamos mostrar en un solo acto el arte, cultura y moda gitanos, elevando a lo máximo estos tres exponentes y utilizarlos para celebrar un día tan significativo dentro de la comunidad gitana. Porque creemos firmemente que el futuro de nuestro pueblo va de la mano de la mujer gitana, motor ineludible de cambio y transformación social, y por tanto, objeto central de nuestro día internacional”. El lema del acto es muy sugerente: “El Beso Gitano. Éxtasis de cultura, arte y moda gitanos”
Y porque la cultura gitana es aún una cultura de resistencia --la cultura de un pueblo perseguido y humillado durante siglos-- es por lo que tiene sentido la celebración del 8 de Abril. Yo, que soy una persona que apuesta por tender puentes entre culturas, defiendo la convivencia por principio y el esfuerzo de las partes por re-conocerse y respetarse. Solo así se logra vencer el recelo que tanto nos aleja de manera incomprensible. Si bien es cierto que durante los últimos años han empezado a cambiar un poco las cosas, me siguen pareciendo todavía válidas las palabras que la profesora Teresa San Román escribió en la década de los 90: “Aún no sabemos gran cosa sobre los gitanos. De su existencia en el transcurso de la historia nos hemos tenido que conformar casi siempre con lo que dijeron de ellos sus enemigos”. Y yo me pregunto: ¿no va siendo hora ya de subsanar semejante anomalía?
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