Séfora
Vargas Martín
Ensayo sobre Identidad Gitana
Es largo, pero merece la pena leerlo.
FOTOGRAFÍA DEL MEJOR FOTÓGRAFO DE LOS TIEMPOS QUE RETRATÓ Y DIGNIFICÓ A LOS GITANOS DE BARCELONA: JACQUES LÉONARD
Quiero
empezar el ensayo con las palabras de un Profesor y Escritor Evangélico Juan José
Santos Rivas, quien se describe a sí mismo como amante
de los temas sociales, la justicia
social, la defensa de los derechos humanos, y sobre todo, el anuncio del
Evangelio puro y duro. Yo, como evangélica me sentí muy ilusionada al ver que
alguien de nuestro entorno espiritual, había escrito un libro sobre el origen
de nuestro pueblo, el primero que leí con rigor científico, yo tendría 13 o 14 años. Se titula HISTORIA DEL PUEBLO
GITANO, (Almería 1986)
Santos Rivas dijo lo
siguiente sobre el Pueblo Gitano: “El Pueblo Gitano
es un pueblo enigmático, capaz de sobrevivir a lo largo de los siglos, por
constituir una cultura milenaria, cuya máxima expresión entre otras, era la
LENGUA, me cuestioné los valores occidentales que tanto defendía y me di cuenta
de que para defender un valor positivo, hay que vivirlo y hay que aplicarlo,
que antes de dar solución a un problema, hay que vivir el problema, que para
vivir el problema, hay que acercarse, renunciar a muchas ideas preconcebidas, y
como dijo el Apóstol Pablo; ser “gentil
con los gentiles, judío con los judíos, me sentí gitano con los gitanos y payo
con los payos”…Intentando dar la mano a unos y a otros, extender mi ayuda a los
que no tenían nada, y servir de puente, no para una integración, que a los
gitanos les implicaría una renuncia a muchos de sus valores tradicionales, sino
para una comprensión, ello no sería posible si los payos, no reconocen sus
culpas”.
Con este
maravilloso reconocimiento que encierra tantas verdades, quiero iniciar este
ensayo, que tanta importancia tiene por su contexto histórico, social, humano y
cristiano.
Estudiar la
HISTORIA del Pueblo Gitano, se hace imprescindible para poder entender las
circunstancias actuales, para poder entender el retraso y ostracismo económico,
político, cultural, social que con respecto a la sociedad mayoritaria, tiene el
Pueblo Gitano. Este retraso está constatado en unos 30 años aproximadamente. Si
observas la foto, debes comprender que según los ojos de quien mire, así
comprenderá y entenderá, incluso verá una realidad u otra. Un observador
imparcial pero lleno de prejuicios podría definir la imagen de Jacques Leonard
como un grupo de gitanos sucios, tirados
en el suelo, en el que la marginalidad forma parte de la identidad. Del ser
y sentir. Un amante de la filantropía humana, ve la belleza de esa imagen desde
la admiración y la devoción de lo “esencial de la vida”, verá una foto
extraordinariamente bella. Jacques, tenía pasión por el Pueblo Gitano porque se
casó con una gitana bellísima, Rosario. Él supo ver con otros ojos a nuestro
pueblo, porque convivió con nuestro pueblo y nos amó casi a primera vista.
El mayor error
que cometen muchos antropólogos es analizar la realidad con su propia mirada,
con sus prejuicios y conceptos alienadores, con su ropaje discriminatorio y a
veces descontextualizan nuestro ser y pretenden adaptarlo al molde cultural
mayoritario, porque en el fondo, están llenos de prejuicios. Para estudiar,
para entender, y analizar la cultura gitana, hay que desnudarse de viejos
mitos, de toda suerte de estereotipos, hay que dejar huir tantas ideas
preconcebidas que tenemos en la que se une la cultura gitana con la cultura de
la marginalidad. Aseverar que “la identidad cultural gitana en su conjunto, no
puede separarse del proceso histórico de marginación al que se ha visto
sometida la comunidad gitana” (San Román), es ratificar que identidad gitana y marginalidad
van unidas. Es una afirmación diabólica y poco acertada, porque puede
malinterpretarse. Sería más acertado afirmar que el tratamiento y persecuciones
que ha sufrido la comunidad gitana a lo largo de casi seis siglos, ha relegado,
condenado a un pueblo entero a la grave marginalidad. Pero no afirmar lo
contrario. Por favor, distingamos la cultura de la marginalidad, de la cultura
gitana. Cualquier ser humano que vive en condiciones de grave marginalidad,
tiene una serie de características concretas, porque está sometido a las mismas
penurias y la supervivencia obliga a ejecutar acciones, a vivir de un modo
propio de la exclusión social. Cuando vamos a un barrio deprimido socialmente,
como por ejemplo el barrio del Polígono Sur de Sevilla, no podemos afirmar que
todos sean gitanos, de hecho hay distintas nacionalidades, marroquíes ,
sudamericanos, payos y gitanos en su mayoría. Pero toda la masa poblacional
está sometida a las mismas tensiones, las mismas carencias, las mismas
circunstancias de necesidad. Sin embargo, no todos responden de la misma
manera; no todos roban para comer, no todos ensucian su barrio, no todos son
delincuentes. Las posibles actitudes tipificadas como delito en el margen de la
grave marginalidad, NO DEBEN CONFUNDIRSE CON LA IDENTIDAD GITANA.
Ser gitano es una forma de estar en el mundo,
de ver la vida con otros ojos, de entender ciertas realidades de forma
distinta, porque así nos lo han transmitido nuestros mayores.
Este
retraso, la falta de información y la omisión absoluta de nuestra historia en
cualquier ámbito académico, fueron las causas principales por las que he estado
investigando tantos años. Conceptos como este de San Román, nos entierra aún
más en nuestras propias miserias, amén de no ser cierto. Es más, en mis veinte años de activismo, lo
que más he realizado ha sido una profusa investigación, yo misma me he curtido
mediante la investigación y la experiencia, sobre todo, porque yo era la
primera que tenía que dar respuesta a cientos de preguntas, que en mi propio
núcleo familiar, no podían contestarlas. Cada vez que le preguntaba a mi madre
cosas de nuestra cultura, ella siempre me respondía del mismo modo” hija eso se
ha perdido, nuestra cultura se ha perdido”, acto seguido, a mi me invadía una
profunda tristeza que no hacía más que provocar en mí un mayor espíritu crítico y una ambición
desmesurada por el conocimiento de nuestra historia.
Conforme iba creciendo, iba descubriendo hallazgos históricos
sobrecogedores, y empecé a utilizarlos como base de mis primeras
conferencias. En ellas explicaba las
circunstancias históricas, a través de
una profunda mirada retrospectiva, descubrí los casi seis siglos de persecuciones sistemáticas que
había sufrido el Pueblo Gitano, el cruel intento de asimilación forzosa de
nuestras señas de identidad etc.
Bajo mi humilde opinión, la identidad gitana está más relacionada con el
concepto que ha explicado el profesor en el video, con la RESISTENCIA.
Resistir, sí que ha marcado unos rasgos identitarios, resistir ha generado miedo,
aversión, pérdida de identidad, hostilidades entre payos y gitanos, ha separado
y casi destruido al Pueblo Gitano. Hasta tal punto que en estos pocos años de
democracia aún no se ha podido superar ni solucionar la mayoría de los
problemas sociales que tenemos.
Ya sabemos que las identidades no son
fijas, van cambiándose en función del devenir de sus individuos y sobre todo, de los factores a
los que esté sometido el grupo. Cada grupo puede tener unas costumbres
diferentes a las de otros. Puede haber una coherencia de valores pero no una
homogeneidad de costumbres. Sólo hay que observar a los gitanos de Andalucía
con los de Extremadura o Madrid, hasta para pedir la mano de una mujer o
mocita, tienen costumbres distintas y entre ellos mismos pueden disentir. Tener
una identidad de valores comunes no significa un paisaje monótono de valores y
costumbres. El pueblo gitano es diverso, es plural, está lleno de colores, en
el sentido de que hay gitanos con distintas religiones; católicos, evangélicos,
musulmanes, hindúes, ortodoxos etc. Aunque haya un elenco de valores morales
que sí pueden ser definitorios en su identidad cultural, como pueden ser el
respeto, la unidad, el valor de la familia y los hijos, el valor a las personas
mayores, etc. No se puede hablar de una
única identidad gitana.
Actualmente estoy trabajando en una
nueva línea de investigación, desde la salud y la interculturalidad, ese
sentimiento de lucha por sobrevivir, sentimiento de miedo por quedar sometido a
discriminación, racismo etc. Se ha avanzado mucho en este ámbito con el tema de
inmigrantes, se reconoce hasta un síndrome, el de Ulises. Que se reconoce como
un estrés que el inmigrante no puede controlar y que viven con muy poco apoyo
social, tiene reconocido este síndrome hasta siete duelos en la inmigración,
sus características del duelo serían: duelo múltiple y aspectos arraigados en
la personalidad, familia y amigos, lengua, cultura, tierra, estatus social,
contacto con la etnia, vivienda o trabajo.
Resulta que el cambio drástico de una
cultura a otra produce una serie de experiencias y emociones que en función sea
el duelo positivo o negativo puede llegar a producir trastornos psicológicos y
somáticos. Hong y Holmes, explica que cuanto mayor sea el shock cultural, es
decir, cuando más diferentes sean las culturas, mayor es el nivel de impacto,
de cambio que genera en el inmigrante. En esta línea pueden parecer
alteraciones en el equilibrio psíquico del sujeto. Se reconocen distintos tipos
de duelo, como he mencionado: duelo parcial, duelo recurrente, duelo
ambivalente, duelo transgeneracional etc. La propia universidad de Navarra, en
colaboración con Cruz Roja, ha considerado el Síndrome de Ulises desde una
perspectiva de la prevención, los factores de riesgo del emigrado, coinciden con
los factores de riesgo de la población gitana en estado de exclusión; malestar
psicológico ligado a la condición de emigrado (de gitano), falta de trabajo y
recursos económicos, ocupación de viviendas inadecuadas, actividades de riesgo,
discriminación. Etc.
Bien, mi pregunta es la siguiente, si la
población gitana ha estado sometida a todo ese proceso de asimilación forzosa
de sus señas de identidad, de la pérdida y aniquilación de sus valores, de
persecuciones sistemáticas hasta llegar a matanzas como el holocausto u otros
episodios lamentables de la historia de España, ¿Cómo es que nadie ha iniciado
una investigación sobre los efectos que ha producido estos hechos irrefutables
en nuestra IDENTIDAD, EN NUESTRO CARÁCTER? Es lamentable que se identifique la marginalidad con la identidad gitana,
cuando verdaderamente me atrevo a ratificar, que debería de existir un síndrome
psicológico en el que desarrolle los efectos que ha producido el despojo, la
infravaloración, la humillación, amputación de manos, orejas, lengua por hablar
nuestra lengua, las penas de galeras y casas de misericordias, como nos
cortaban el pelo para humillarnos a las mujeres gitanas, como mandaron en la
Gran Redada a las niñas como sirvientas y a los niños a trabajos forzados a las
minas del Ferrol, entre cientos de sucesos históricos que han perpetrado contra
nosotros.
No, bajo mi punto de vista, no se ha
tratado desde la investigación antropológica con rigor histórico, psicológico,
humano y honesto. Siguen afectado los prejuicios y el desconocimiento, y sí, la
RESISTENCIA HA MODULADO NUESTROS VALORES.
Si me preguntas, qué veo en la foto de
Jacques Leonard, os diré que veo supervivencia, felicidad (sonríen algunos),
paz y armonía con la vida que quieren, veo LIBERTAD absoluta, veo esencialidad,
no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita, eso veo. Si me
preguntas, ¿qué siento al ver esa foto?, siento pena, pena porque nunca nos
verán iguales mientras la forma de entender la historia y de analizarla, sea
tan dañina.
Bibliografía:
· Propias investigaciones
· Historia del Pueblo Gitano, de Santos Rivas
· La inmigración, presente y fututo de una Integración Responsable, de Ortega Pérez y Ahmed Mohamed.
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