miércoles, 9 de agosto de 2023

El enigma de "La Singla", la bailaora sorda que tocó el cielo del flamenco y se borró del mapa en su momento más álgido desapareciendo durante cinco décadas

 










El enigma de "La Singla", la bailaora sorda que tocó el cielo del flamenco y se borró del mapa en su momento más álgido desapareciendo durante cinco décadas. 


Antonia Singla Contreras, más conocida como La Singla, nació en 1948 en el barrio barcelonés de Somorrostro de la Barceloneta. A los pocos días de su nacimiento padeció un fuerte dolor de oídos que terminó con una severa sordera. 

Un documental dirigido por  Paloma Zapata sobre su vida, rescata la historia olvidada de Antoñita 'La Singla'. 

 Está incomparable  bailaora de flamenco que arrasó en los años 60 en España y en el resto del mundo, llegó a bailar para Dalí y a actuar en el Olympia de París.

Resulta  sorprende  que una historia tan rica, tan potente y tan inspiradora no esté escrita en los libros de historia. Casi nadie la conoce. Hemos oído historias de muchas bailaoras de flamenco, de muchos guitarristas y cantantes, pero ella nunca aparece entre esos nombres. 

La Singla no era una bailarina más. Los que la vieron actuar dicen que era una de las mejores, y que desafiaba muchas normas establecidas. No solo porque no pudiera oír —lo que hacía que fuera ella quien marcara el compás a los músicos—, sino porque aparecía en el escenario con pantalones, con el pelo suelto y una mirada que atravesaba. Subvertía los cánones de belleza femenina, como también hizo con los del flamenco.


Era la estrella de carteles que incluían los nombres de Camarón, Paco de Lucía o El Lebrijano. Giró con Ella Fitzgerald. Posó para Dalí. Marcel Duchamp la admiró y Jean Cocteau dijo de ella que “escupía fuego por la boca y lo apagaba con los pies”. Con solo catorce años fue una de las protagonistas de Los Tarantos (1963), la primera película española candidata al Oscar, dirigida por Francisco Rovira-Beleta. Con veinte años era una estrella. Se había recorrido Europa con un joven Paco de Lucía, actuó junto a Ella Fitzgerald y llevó su espectáculo Festival Flamenco Gitano por todo el mundo. Entonces, desapareció.


En Alemania la consideraban la mejor bailaora del mundo, donde los promotores Lippmann & Rau la convirtieron en estrella del Festival Flamenco Gitano. En el cartel, un jovencísimo Paco de Lucía y ella. Antonia, La Singla.

 Su padre abandonó a su familia cuando era una niña y regresó para explotarla cuando se enteró de que iba a ser una estrella.

La Singla fue castigada por ser mujer, por ser sorda, por ser gitana… Pero, además, “vivió una explotación machista que afectó profundamente en su salud mental y su salud en general”. “Además, probablemente no representaba esa feminidad del flamenco. Ella bailaba como un hombre, con mucha fuerza. Es la imagen del empoderamiento total, con pantalones, con el pelo suelto, salvaje, algo que impone”. 

Cuando a La Singla le preguntaban cómo podía bailar siendo sorda, ella decía una palabra: “Coraje”. Y su madre lo explicaba, le daba coraje el mundo, y lo expresaba bailando. Sus zapateaos eran la muestra de una rabia contenida que se desataba. Aprendió a bailar viendo las manos de su madre, marcando el compás de las seguidillas y chasqueando los dedos, mientras ella interiorizaba el ritmo.

Se acercaba mucho a los cantantes, porque podía notar la vibración de su voz y la usaba como guía para sus movimientos. 

La Singla rompió barreras que le habían dicho que eran imposibles de traspasar. Aprendió a bailar, a hablar, y triunfó en los escenarios. Luego se retiró cuando su salud mental le pidió parar, algo que también fue una lección. Sin embargo, su historia nunca se contó completa hasta ahora, y también se hace justicia con su figura, con el flamenco y con la comunidad sorda, que tienen un nuevo referente que no puede volver a caer en el olvido.


 Uno de los hermanos de la artista, Juan José Singla Contreras, y el socio de este, Santiago Parra, inauguraron el 15 de abril de 2017 un tablao flamenco en Barcelona con el nombre de La Singla para rendirle un justo y merecido homenaje. La inversión económica fue de casi un millón de euros. El local está situado en el número 181 de la calle Marina, frente a la plaza de toros de La Monumental, y se trata del primer establecimiento de flamenco que abre en la ciudad en 30 años, aunque parece ser que actualmente permanece cerrado según Google. 

Hoy en día, La Singla vive en Santa Coloma de Gramenet, lejos de los tablaos. Allí, la artista lleva una vida tranquila con sus nietos.


En la edición 26 del Festival de Málaga, en marzo de 2023, se estrenó el documental La Singla, con guion de Paloma Zapata y producido por La Fábrica Naranja y  tuvo su estreno absoluto en el Festival de Documentales de Tesalónica el pasado 2 de marzo.

Que nunca quede en el olvido!! 

Séfora Vargas. 

Imagen superior:  La Singla (Festival Flamenco Gitano 1965)

 Fuentes: un resumen propio tras leer los artículos del diario.es, El País, y Abc (reportaje de Morán) Expoflamenco entre otros. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario