lunes, 7 de agosto de 2023

LAS CIGARRERAS, EJEMPLO DE LUCHA, SINDICALISMO Y SORORIDAD ENTRE GITANAS Y NO GITANAS

 

¿Conoces la fascinante historia de las cigarreras de Sevilla? 




 “LAS CIGARRERAS”,  según Gonzalo Bilbao unas heroínas que pertenecieron a las clases sociales más humildes de Sevilla, muchas de ellas eran gitanas y vivían en Triana.







La mayoría sólo conocen la historia de Carmen, que fue la más famosa de las cigarreras descrita como una mujer joven atractiva, rebelde, sexual libertina, gitana de Triana, con el pelo ondulado, ojos negros, mirada penetrante, una belleza exótica llena de sensualidad que fue plasmada en la obra de Próspero Merinée, Carmen (1845), y que posteriormente fue llevada a la ópera por Georges Bizet en 1875. Y al cine en diversas versiones.

Y es muy triste que no conozcan a las otras cigarreras, más allá del mito, la leyenda y los estereotipos.

La    Fábrica de Tabacos, hoy actual sede de la Universidad de Sevilla  (donde comencé mi carrera de Derecho), fue la PRIMERA FÁBRICA DE TABACO DE EUROPA. Sevilla tenía el monopolio del comercio de todos los productos que traían de las Indias y el tabaco era el producto estrella en ese momento.





A finales del siglo XVIII hubo un aumento de la demanda de los cigarros y este aumento de la demanda exigía un aumento de la calidad del producto. En general se decía que los cigarros de Sevilla tenían una muy mala construcción y que eran de muy mala calidad, en comparación con los productos traídos de Cuba (de las mismas colonias españolas) o con los cigarros elaborados por las cigarreras de Cádiz (que llevaban años de adelanto contratando a mujeres como cigarreras). Todo esto sumado a las tensiones y problemas que habían provocado los trabajadores, tuvo como resultado la suspensión de las labores en la fábrica en 1811 y el despido de más de 700 hombres.

 

En 1812 se reabrió la fábrica y se optó por contratar a mujeres debido a los óptimos resultados que habían mostrado otras fábricas del país. Además, las mujeres suponían una mano de obra más barata, pues se decía que no producían problemas y que además se les pagaba menos salario “por ser mujeres”. A mediados de los años ochenta de este siglo había contratadas alrededor de 6.000 cigarreras que suponían la principal mano de obra de la fábrica.






Pronto comenzarían a organizarse sindicalmente y a convocar huelgas que pusieron en aprietos a la empresa. Ellas tenían la conciencia de ser trabajadoras del Estado, de un monopolio público que generaba importantes beneficios. Esto les proporcionaba un importante potencial para la presión reivindicativa.Cualquier movilización se convertía en un problema de orden público pues el objetivo contra el que se luchaba era el propio Estado y el gobierno de turno.

Estas mujeres trabajadoras eran un ejemplo de sororidad y lucha conjunta (ni payas ni gitanas= MUJERES), y se caracterizaba por su fuerte presencia en las huelgas. A principios del siglo XX se decía en Sevilla que la lucha obrera de trabajadores de cualquier empresa no triunfaría sin la presencia e implicación de las cigarreras. Sus motines eran su seña de identidad, así como, la fuerza conjunta que demostraban, derivada de las largas horas compartiendo el espacio común en las fábricas. 

En Sevilla, la mecanización de la fábrica trajo consigo huelgas en los años 1838, 1842 y 1885, mediante las que defendían sus puestos de trabajo. A pesar de ello, en 1906 las cigarreras quedaron reducidas casi a la mitad, unas 3.000, que poco a poco fueron disminuyendo más y más. 

 

·         La Hermandad del Socorro fue constituida por las cigarreras en 1834 como una institución de tipo benéfico que, a través de un fondo común, pagaba los subsidios por enfermedad, medicamentos y asistencia médica tanto fuera como dentro de la Fábrica, así como los días de baja por maternidad y la asistencia a las ancianas que ya por su avanzada edad no podían realizar sus labores

 


·         En 1875, a iniciativa de una serie de médicos, crearon la Sociedad Curativa, Finalmente.

·         En 1901 fue creada la Caja de Auxilio de los obreros y obreras de las fábricas de tabacos, institución benéfica pionera de Previsión Social de estas trabajadoras, que tenía por objetivos socorrer en caso de enfermedad, derecho a visita médica y productos farmacéuticos mediante contratos con farmacias privadas de la ciudad. Además, a las cigarreras se les abría una cartilla como previsión de incapacidad, enfermedad o vejez, cuyos fondos se retiraban cuando cesaban en la fábrica, por la cantidad de 50 céntimos mensuales.

 

·         Fueron precursoras de la  Conciliación laboral y familiar, también fueron pioneras en la consecución de ciertos derechos de los que otras trabajadoras coetáneas no disfrutaban: la posibilidad de flexibilidad horaria, el régimen a destajo o por objetivos y el empleo hereditario les permitía compatibilizar su empleo con el cumplimiento de sus obligaciones familiares y domésticas.

 

·         También podían ocuparse ellas mismas de la crianza de sus hijos pequeños, sin dejarlos a cargo de niñeras u otro personal fuera de la Fábrica, etc. Si bien en principio solían ser solteras, progresivamente, y gracias a unas ventajosas condiciones laborales (junto a las citadas, también eran readmitidas tras casarse, como ocurrió en muchas ocasiones en 1918 y 1919), fueron predominando las mujeres casadas entre las operarias sevillanas.

Las mujeres solían dejar a sus hijos con sus abuelas en los talleres manuales y pasaban a darles el pecho varias veces por media hora y las hijas acompañaban a las madres para cuidar a los niños de pecho. La guardería no se inauguró hasta 1943. Según José Luis Ortiz de Lanzagorta, periodista y sociólogo español, LA CUNA se inventó en la Fábrica de Tabacos Sevilla. Se utilizaban los cajones de la Fábrica rellenos de vegetales y dispuestos para ser mecidos, con los pies. Fueron provistas por la fábrica tener cerca a sus bebés y poder amamantarlos -la sala de lactancia se creó en 1930- la sala de lactancia , en detrimento del grave perjuicio que causaba en la salud infantil, puesto que muchos enfermaban de intoxicación nicotínica aguda y crónica - lo que se denominaba emborracharse-, sufrían náuseas, vómitos o diarreas.






Como ya se ha comentado, el trabajo de las cigarreras era a destajo (también denominado a premio, premios o cómputos) por los cuales se estipulaba el salario en razón de la producción. Los premios dependían de la calidad del tabaco y de las labores efectuadas. Además del salario a destajo, existían algo más de una docena de mujeres que tenían un salario fijo, como la portera, las maestras operarias y encargadas del taller de faenas auxiliares.

 

·         Se organizaban entre ellas, para una serie de tareas, como guisar o limpiar. Se tomaron muy en serio la formación e información sobre política y economía,  siempre había  mujeres dedicadas a leer en voz alta las noticias de los periódicos y panfletos obreros. 

El mismo rey Alfonso XVIII les temía y las visitó a propósito de visitar al pintor Gonzalo Bilbao en alguna ocasión por miedo a alborotos y revueltas.




 Las cigarreras fueron mujeres únicas que supieron unirse y luchar por sus derechos, por sus hijos, por el aumento de calidad de vida en el trabajo, en la equiparación salarial, no debemos olvidar la importancia de su lucha y sobre todo conocer la unidad que existía entre las mujeres sin existir ni siquiera la palabra sororidad o feminismo, ellas fueron fuente de valores inigualables, la revista Pikara Magazine dice:

 

«En todas las esferas de la vida laboral, social y cultural y sobre todo en las fábricas andaluzas, había una enorme presencia de cigarreras gitanas. Todas ellas de orígenes muy humildes. Barrios como Triana disfrutaban de un urbanismo pensado para la solidaridad. Los patios de vecinas y las corralas -tan propios del entorno trianero- asistieron a una enorme hermandad entre familias humildes andaluzas gitanas y no gitanas que generó una idiosincrasia propia que todavía se recuerda con nostalgia y que «finalizó» con la injusta expulsión de las familias gitanas del barrio en 1957».

 

Séfora Vargas.

 

     Curiosidades : 

*La fachada del edificio del Rectorado aparece el Ángel de la Fama, casi nadie conoce la leyenda que gira en torno a ella. Se dice que cuando las cigarreras entraban en la Real Fábrica de Tabacos, había ocasiones en las que el ángel tocaba la trompeta de forma aleatoria.

 


*Según otra leyenda (algo misógina) la trompeta suena cada vez que pasa una chica virgen bajo la estatua y por esa razón llevaba sin sonar en 300 años. Más allá de esta machista explicación, el ángel de la Fama simboliza el camino que hay que recorrer para alcanzar la gloria.

*La Real Fábrica de Tabacos albergaba tal cantidad de trabajadores que llegó a tener su propia guardia encargada de vigilar los delitos cometidos dentro del recinto. De hecho, era muy frecuente que una cigarrera fuese encarcelada por intentar sacar tabaco a escondidas. A día de hoy, esta cárcel está intacta y se encuentra en el edificio que alberga los despachos de los profesores.  Pero también tenía su capilla  hoy la Hermandad de los Estudiantes anexa al edificio histórico de la Universidad de Sevilla y sede canónica de la Hdad de las Cigarreras en aquel momento. 

                           

FUENTES:

·         Universidad Pablo de Olavide.

·         https://www.upo.es/patio-colorado/category/noticias/feminismo/

·         Pikara Magazine. 

·         Sevilla Secreta. 

·         http://postalesyfotosantiguasdesevilla.blogspot.com/2013/12/las-cigarreras.html?m=1

·         Fuente de la imagen de portada: Universidad de Sevilla (Realizada por Luis Serrano)

·         PORTAL DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA, ARCHIVOS HISTÓRICOS del artículo:“Mujeres pioneras en su tiempo: situación laboral de las cigarreras

 

 

 

 

 

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